Pos resulta que Pepe Chedraui todavía no se ha terminado de acomodar en su escritorio allá por el Charlie Hall cuando ya repartió parejo.

Y es que el nuevo alcalde tiró el primer jab duro y la cabeza de la administración anterior por el pinche cochinero financiero que le dejaron.

En su primer evento formal con medios dijo que pos efectivamente el Ayuntamiento de Puebla tiene una deuda de casi 500 millones de pesos. Nomás cálenle al numerito, mis valedores.

Misma deuda que el expresencio municipal Adán Domínguez juró hace unos días con todo el pinche descaro que todo estaba bien ordenadito. Pero antes de lanzarnos desde la tercera cuerda contra el Adán, aquí hay que repartir responsabilidades como Dios manda, banda.

Lalo Rivera que le dejó las llaves de la casa a Domínguez tendrá que asumir su parte. Si bien quien firmó las últimas cuentas fue el Adán, las semillas de este hoyo financiero se plantaron con la gestión y aprobación de Lalo.

Aunque algunas lenguas andaban diciendo que iba a haber perdón, el Chedraui si me los dejó calladitos: “No crean que porque ya se fueron no tienen responsabilidad”, dijo.

Me cae de madre que la cosa está tan mal que hasta los teléfonos dejaron de sonar por falta de pago en algunas dependencias. Y si fuera poco, proyectos que cacarearon pa' arrancar la administración como el "fondo de semilla" de Economía y Turismo van a tener que ponerlas en el congelador porque, simplemente, no hay lana.

Ahora que levantaron el polvo, el panorama de nuestra Puebla cemitera no puede ser más claro: lo que prometieron como “cero deuda” fue pura de árabe.

El nuevo alcalde ya dejó ver a todos que su buen trato sigue ahí, pero cuando se trata de decir las cosas no se anda con jaladas.

Cada contrato firmado se revisará al detalle. Nadie se salvará de esta auditoría profunda, y los pagos solo se harán si todo está en orden: “No se va a solapar a nadie”.

Por mientras, no pedirán créditos o solicitarán un aumento presupuestal a la Federación.

El objetivo será cubrir gasto corriente, y los adeudos que no entren en esa categoría se liquidarán por prioridad. La espada ya está en alto, y la promesa es clara: no habrá perdón ni olvido pa' los que se prestaron pa'l cochinero.

Rivera puede decir que ya no estaba al mando cuando se terminó de cocinar el desastre, pero dejó los ingredientes listos pa' que el caos explotara en las manos de Adán Domínguez.

Chedraui se la cantó derecha a los poblanos: “Voy a actualizar conforme tenga información” y así irán saliendo los trapitos de la administración panista, a la que ya se le vio sudando bien requete frío.

En medio de este desmadre, no todo son malas noticias. Ya se confirmó que el convenio pa'l relleno sanitario de Chiltepeque con los municipios de la zona metropolitana se mantendrá, aunque nomás no hay fecha concreta. Y sigue caminando el proceso pa' la licitación de los paraderos de autobuses.

Lo que está más claro que el agua, mis valedores, es que la deuda heredada no será perdonada ni olvidada.

A más de uno le tocará pagar lo que debe.

Conste que su héroe de barrio se los dijo antes que nadie.