La inclusión de José Luis García Parra y Pepe Tomé en el gabinete de Alejandro Armenta es el reflejo del carácter del próximo gobernador, quien sin duda supo esperar los tiempos para que la legislatura y el presupuesto estuvieran encaminados y ya de paso hasta se divirtió con las especulaciones.

Ambos personajes son cercanos al gobernador, han caminado a su lado desde hace años, décadas.

El retraso en el nombramiento del próximo coordinador de gabinete, José Luis García Parra, podría entenderse por su condición de diputado local y la misión que tuvo para ordenar la legislatura, con la conformación de comisiones, la presentación de iniciativas prioritarias y de paso, dejar avanzado el tema del presupuesto.

García Parra como coordinador de gabinete seguramente tendrá una carga de responsabilidad y de poder muy fuerte; ante alguien como el gobernador electo tendrá que ser el más eficiente de todos los integrantes del primer círculo.

El caso de Pepe Tomé incluye una relación de compadrazgo, de amigos de muchos años. Considero que Armenta se divirtió mucho haciendo esperar, alargando este nombramiento, que aunque a todas luces era predecible, pareciera que Alejandro disfrutaba de ese juego que culminó con los anuncios de ayer.

Son dos nombramientos más que cantados, dos personajes muy cercanos a él, pero tuvieron que esperar hasta el final.

Tomé tampoco tendrá una cartera fácil. Deberá multiplicarse ante las exigencias, a veces un tanto obsesivas, derivadas del perfeccionismo de Alejandro.

Sin embargo, ambos personajes han demostrado su talante y es predecible que se harán notar en los próximos años. En su caso aplicó ese versículo bíblico de Mateo 20:16: “los últimos serán los primeros”.

RansomHub y la filtración

La amenaza de divulgar 313 GB de información del Gobierno de México fue cumplida. Ayer por la mañana se podía acceder a ellos, sin embargo, horas más tarde, antes de que por el propio peso de los archivos fuera posible descargarlos en su totalidad, algo pasó.

Los ciberdelincuentes retiraron la liga de la filtración de datos de la Consejería Jurídica de Sheinbaum.

No es común que un grupo de ciberatacantes decida dar un paso atrás. Algunas personas podrán especular que la policía cibernética los descubrió y ellos decidieron abandonar el barco.

Otras más, los conspiranoicos, pensarán que ante el riesgo que esto representaba para la seguridad nacional y a fin de evitar un nuevo escándalo, el gobierno cedió a una negociación y a un pago extraoficial.

Una tercera opción podría ser que los terroristas digitales estaban blofeando, que la información realmente no tenía nada comprometedor y que al ver que al gobierno de Claudia Sheinbaum no le inquietó, simplemente decidieron retirar el archivo antes de que se descubriera que no tenían nada.

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