Hace poco más del mes reflexionábamos sobre el Rojo Tres, pigmento sintético que tiñó el mundo moderno de un carmín insidioso. Lo describimos como un alquimista perverso que sació nuestra necesidad visual de vitalidad escarlata por un precio que pocos ven, pero muchos pagan: un legado de cánceres, desórdenes y enfermedades

Esta semana —como se anticipaba— ese colorante ya está prohibido en Estados Unidos, arrastrado por la cruzada de un personaje tan controvertido como inesperado: Robert F. Kennedy Jr., quien ahora, bajo el ala de Trump, busca darle un giro político a su activismo.

El heredero de la dinastía Kennedy, conocido tanto por sus posturas antivacunas como por su retórica incendiaria, convirtió una caja de Froot Loops en su emblema. Denunció que entre sus 8~12 colorantes artificiales —incluido el Rojo Tres— se esconde un catálogo sombrío de enfermedades. En su efímera candidatura independiente, que terminó unida a Trump, usó este ícono de la cultura pop del desayuno como una metáfora de todo lo que está mal en la industria alimentaria. Ahora, con una oportunidad en el Departamento de Salud, promete convertir esa metáfora en acción.

México, como siempre, mira de reojo. Sabemos que el cambio en Estados Unidos forzará a nuestras industrias a adaptarse si quieren seguir exportando. Los empresarios lo saben; no es la primera vez que enfrentan el dilema de reformular sus productos para satisfacer normativas extranjeras. Pero el verdadero nudo está en los legisladores nacionales. ¿Quién se atreverá a empujar una reforma que prohíba colorantes dañinos cuando el beneficio público es tan intangible para el cálculo político?

La ironía es cruel. Somos el país de la grana cochinilla —de la mixteca de Puebla-Oaxaca— el pigmento que tiño al mundo de rojo, hasta ser desplazado por derivados del petróleo bajo el pretexto de lo económico y la defensa de los animales. Hemos permitido que compuestos sintéticos dominen nuestra dieta, mientras cargamos con una epidemia de obesidad y enfermedades crónicas que desangran al sistema de salud. Rojo Tres no es solo un color, es el nivel de alerta del semáforo nutricional en este país.

Tóxicos y tóxicas de SEMARNAT

La entidad encargada del medioambiente nacional empezó el año con las manos puercas. Todo arrancó con el escándalo del MUNAL, la boda-que-no-era-boda, pero evento cultural con Rumanía. El escándalo marcó a Bárcena y equipo, que incapaces de resolver, se aferraron al viejo manual: cortar cabezas para simular autoridad. 

El titular del IMTA, Pedrozo-Acuña, fue el primero en caer. ¿Su pecado? No retuitear el panfleto que defendía a Bárcena. Suficiente para exigir la renuncia efectiva la semana pasada

Llegó la Mtra. Herrera Ascencio a ocupar el puesto. Su currículum es pertinente, sí, pero también lleva el sello de la titular. Y para hacerle el vacío, Bárcena ni se apareció en su ceremonia de presentación. El mensaje fue claro: estás ahí porque yo quiero. Y estarán los demás que yo quiero en SEMARNAT. Como el hermano de la titular de la Secretaría de Ciencias (SECIHTI), Rosaura Ruiz Gutiérrez, nombrado en la dirección de impacto económico ambiental. Estos, cuando no les falta verso, les falta tonada.