¡Qué tranza, mis valedores!

Tuvieron que pasar varias semanas de incertidumbre y un desfile de errores en la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de Puebla pa’ que por fin haya humo blanco para el nuevo jefazo: el teniente coronel de Infantería Diplomado de Estado Mayor, Félix Pallares Miranda.

Mi chismoso del barrio policíaco dio el pitazo de la noticia pa’ Intolerancia Diario y será mañana cuando su nombramiento tenga que votarse en Cabildo y si no hay sorpresas, este cuate será el encargado de poner orden en una dependencia que viene de capa caída.

Porque, seamos honestos, mi mai, la SSC no necesita un jefe más: necesita un verdadero líder que llegue con la escoba en mano y que de una vez por todas limpie el desastre.

La salida de Fernando Rosales Solís no fue casualidad. Fue el resultado de una gestión llena de ausencias, policías involucrados en robos, protestas y una inseguridad que nomás no afloja. Si algo nos quedó clarito es que la SSC nomás no tenía rumbo.

Desde el escándalo de los polis rateros en Galaxia La Calera, hasta las protestas por el homicidio de dos elementos, todo fue una cadena de eventos que dejaron claro que la seguridad en Puebla no puede seguir parchada.

Pallares Miranda llega con una tarea titánica: recuperar la confianza de la gente, poner orden en la tropa y darle estructura a una corporación que ha demostrado más fallas que aciertos.

El nuevo jefe de la SSC no llega solapas, no señor. Llega a esta Puebla camotera con el palomeo nada más y nada menos que del góber Armenta y el secretario de Seguridad Nacional, Omar García Harfuch.

La pregunta es: ¿tendrá el respaldo suficiente para tomar decisiones de fondo, o será otro nombre más en la lista de mandos que se quedan a medias?

Porque si algo necesitamos los poblanos es un secre que no solo llegue con uniforme impecable y discurso bonito, sino con la mano firme para reestructurar la corporación.

La seguridad no es un lujo, es una necesidad. Y si Puebla está destinando el 30% de su presupuesto municipal en seguridad, entonces exigimos resultados. La gente ya está cansada de promesas y discursos, lo que se necesita es que se vea el cambio en las calles.

Así que, Félix Pallares Miranda, el cuadrilátero está listo y la campana ya sonó.

Si de verdad quiere hacer historia en Puebla, este es su momento para demostrar que su llegada no es solo un movimiento de piezas, sino el verdadero comienzo de un cambio de fondo.

Los reflectores ya están sobre él. ¿Será este el golpe de autoridad que Puebla necesita, o solo otro nombre más en la lista de los que pasaron sin pena ni gloria?

El tiempo lo dirá, pero la banda está atenta. ¡Nos vemos en la próxima caída, mis valedores!