Después de 37 días, alumnos, académicos y personal administrativo regresarán a las actividades presenciales. Será el próximo miércoles cuando se pueda producir la fotografía que atestiguará tan importante fecha.

El paro de actividades que arrancó con una legítima protesta de los jóvenes de la facultad de Medicina, misma que se resolvió con bastante celeridad, debe dejar importantes enseñanzas a todos.

A la universidad, desde el punto de vista administrativo, de la rectoría, que siempre, aunque parezca que las cosas están en calma, no se pueden desatender ciertas alarmas, que en un inicio pareciera que no tendrán mayor dimensión, sin embargo, pueden detonar un conflicto mayor.

También que hoy la lucha de los estudiantes, ya no es esa lucha social como la que vimos en los años 70 's. Ahora es una lucha de necesidades directas. Este paro estudiantil nada tuvo que ver con la parte ideológica de corrientes de izquierda, socialistas o comunistas. Se convirtió en una carta e intereses de unos cuantos. Peticiones que rayaron en los absurdos, como es el caso del transporte a 2 pesos, o del desayuno a 5 pesos, que, además, incluyera opciones veganas.

La petición original, donde se solicitaba mayores espacios para la realización de prácticas médicas e internados en hospitales públicos, ciertamente no era un tema que dependiera exclusivamente de la BUAP, pero con una gestión adecuada fue posible resolverla.

Otros temas como la necesidad de una mejor infraestructura, mayor equipamiento, corregir prácticas docentes, más seguridad y principalmente terminar con los casos de acoso estudiantil y/o sexual son tareas que no deben quedar en segundo término.

Las quejas que por años han colocado alumnos para denunciar el abuso que los maestros hacen de ellos, deben ser atendidas a la brevedad. En más de una ocasión se ha sabido que se pierden o se esfuman las denuncias de alumnos a quienes bajo el amago de una calificación o el desprestigio, se les exigen trabajos y artículos, que al final sólo firman los doctores, para mantener su nivel de investigadores. Romper con la protección a estos ‘docentes’ permitirá que la BUAP crezca y a la par, mejore la salud mental de sus estudiantes.

Casos como ese son parte de los temas que se consideran hechos aislados o que no afectan a la máxima casa de estudios, pero es todo lo contrario. Con el tiempo crecen, son una bomba de tiempo.

En el caso de los jóvenes, tendrán que valorar que un movimiento tan largo como este, que superó el mes, podría haberse evitado si hubiesen tenido claras cuáles eran sus peticiones desde un inicio y no dejarse manipular, por grupos que claramente tienen otros intereses, políticos, económicos o sociales; pero que al final los utilizan.

Y sin duda, los universitarios se dieron cuenta de ello, por eso de los 400 estudiantes iniciales, al final quedaron una centena, tras las discusiones, desilusiones, desavenencias y contradicciones internas.

Lo rescatable

Sin duda, lo más importante es que este fin de semana por fin se llegó a un acuerdo.

También sobresale el enorme respeto y la gran tolerancia que se mostró por “ambos bandos”. Aunque se presentaron algunos conatos, en lo general no se llegó, por fortuna, a ningún acto real de violencia, que nos tuviera contando otro saldo.

La participación del gobernador, Alejandro Armenta, con el manotazo sobre la mesa para advertir a Antorcha Campesina, mostró el respaldo del Poder Ejecutivo, siempre respetando la autonomía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Y no menos importante la participación disruptiva de la rectora, Lilia Cedillo, que mostró su afinidad con los alumnos y estuvo encabezando varios de los encuentros y mesas de diálogo.

Finalmente habrá que hacer un recuento para ver cómo fue atendida la crisis, en dónde hubo acciones eficientes para su control, y también, en dónde no.

Esta semana lo más importante es que una comunidad que supera los 100 mil integrantes estará regresando a sus actividades. Ojalá que la experiencia sirva para que no se repitan acciones que paralizan a toda la universidad, sino que sirva para mejorar la vida diaria.

¿Lo lograrán?

Veremos y diremos.