Falta de tacto, lentitud, exceso de burocratismo y hasta desconocimiento de los procedimientos legales, priva en la justicia poblana, así se comprobó este domingo cuando la víctima destinó 7 horas para presentar una denuncia por robo.

Como cientos de poblanos, Suzana Hernández asistió este domingo al Centro Histórico atraída por los personajes que recorren las calles del primer cuadro, incluso posteó un video, eran casi las 11 de la mañana. 

Después de su recorrido habitual y tras colocarle el timbre nuevo que acababa de comprar, estacionó y encadenó su bicicleta en la calle 3 Oriente, justo entre Catedral y el Palacio del Ayuntamiento. 

No era la primera ocasión que dejaba ahí su medio de transporte, desde hace 6 meses era su lugar habitual. Sabía que las cámaras de seguridad están bastante cerca y asumió que al tratarse de un sitio turístico, los policías rondarían la zona. 

Caminó a la calle 7 Poniente para conocer la cartelera del cine que se encuentra ahí, al no encontrar nada que le interesara, decidió regresar. Cuando llegó descubrió que ya no estaba su bicicleta. “Habrían pasado como 15 minutos”, recuerda.

Ni las cámaras ni los policías impidieron que un sujeto de “gorra y lentes” se llevara “por la calle del Sol de Puebla” su bicicleta, la misma que había comprado a finales de 2013 y para la cual destinó la mitad de su sueldo durante tres quincenas.

Cuando Suzana Hernández descubrió que su bicicleta había sido robada, trató de localizar a algún policía, no lo ubicó. Después de un poco visualizó a un elemento de la Turística, se acercó y le comentó.

—No tenemos facultades para atender su caso, respondió la policía y le dijo que fuera a presentar su denuncia a la dirección de la Agencia del Ministerio Público de la 9 Oriente 1404.

Luego acudió al Palacio Municipal a explicarles a los uniformados lo ocurrido. Mientras caminaba le tuiteó a la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal lo ocurrido. Cinco minutos después la dependencia le respondió con otro tuit pidiendo que llamara al 066 para dar los detalles.

En las puertas del Ayuntamiento encontró a dos uniformados. Les repitió la historia del robo. La respuesta fue la misma: que carecían de facultades para ir a buscar al presunto ladrón y le recomendaron que fuera a presentar su denuncia a la 9 Oriente. 

Desesperada, caminó hacia la 2 Sur, en el Italian Coffee de los portales encontró una patrulla. Los policías se mostraron hostiles al inicio y le preguntaron cosas como si había dejado bien encadenada su bici. Le recomendaron ir a denunciar, ella contestó que ya lo había hecho en redes sociales. 

Los agentes del orden accedieron a recorrer el centro en la patrulla y tras un par de vueltas los uniformados la dejaron en la puerta de la Agencia del Ministerio Público de la 9 Oriente para que presentara su denuncia. Eran alrededor de las 13 horas.

Hernández atravesó la puerta principal y se extrañó porque “había muchos albañiles”. Después de preguntar dónde podía presentar su denuncia, el mismo policía que la vio bajarse de la patrulla y que custodiaba la entrada, le respondió: “Aquí no, no señorita hoy no trabajamos”. 

Caminó al bulevar 5 de Mayo y tomó un camión que la llevó a la Fiscalía General del Estado, en la 31 Poniente, recuerda que eran menos de las 14 horas cuando leyó que para cualquier denuncia era indispensable presentar 2 copias de comprobante domiciliario (con vigencia menor a 2 meses) y 2 fotostáticas del IFE. Llamó a su casa y solicitó ayuda, también pidió que le llevaran la factura de la bicicleta “por si acaso”. 

“Cuando llegas te dan una hoja suelta, así bien fea, es una copia, no está foliada”, es para que se registre el nombre del denunciante y la razón por la cual asistes. Te dan un turno “a mí me dieron el 36, iban como en el 20. Me senté y esperé. Como a las 2 horas hicieron un pase de lista y ya no contestaron algunas personas, se habían ido, yo creo por la desesperación”, relató Suzana Hernández. 

Durante su espera encontró que la mayoría de las personas estaban ahí porque les habían robado algo, un auto, su casa, su negocio, etcétera. Igual que ella, muchos desconocían que se necesitan copias y papeles. También que tienes que estar preguntando periódicamente ¿en qué número van? porque si brincan tu turno se complica el trámite. “No hay una pantalla donde digan en que número van”. 

Cerca de las 19:30 pasó a un primer filtro con un señor “que coordina los pases”, la regañó por no tener copia de la factura de la bicicleta; ella le explicó que en todas esas horas nadie le había dicho que necesitaba una copia. “Es indispensable, debes traerlo”, dijo el servidor público.  

Al pasar con quien tomó su denuncia, la letanía volvió, le dijeron que sin la copia de la factura de la bici no levantarían la denuncia; una amiga le acercó la copia que necesitaba. La entregó no sin antes responder al servidor público que “cuando sales a la calle y te roban no andas cargando tu factura ni tu comprobante de domicilio menor a dos meses”.

Tras escucharla, le informaron que “una copia va para el departamento en el que te asignan al elemento que se hará cargo de tu caso. Otras copias se deben llevar (personalmente por el denunciante) a Rancho Colorado, hoy o mañana, después de entregarlas y tenerlas selladas las tengo que llevar a la Fiscalía nuevamente”.

Por último, salió de la dependencia que presume de ser más ágil desde que se implementó el Nuevo Sistema de Justicia Penal desde hace más de 2 meses. Pasaban de las 20 horas. 

El delincuente tardó menos de 15 minutos en llevarse la bicicleta; ella más de 7 horas en presentar la denuncia por el robo no solo de su medio de transporte, sino también de su compañera de recorridos dominicales.