Los hospitales en Estados Unidos empezaron el lunes a desempacar las valiosas cajas congeladas de la vacuna contra el Coronavirus y las primeras inoculaciones se esperan en breve, en un histórico intento por frenar la enfermedad que ha matado a casi 300 mil personas en el país.
“Se siente que la caballería llega al rescate”, indicó Robert C. Garrett, director general de Hackensack Meridian Health, en momentos en que la mayor empresa de salud de Nueva Jersey esperaba la llegada del medicamento.
La vacuna, elaborada en conjunto por la estadounidense Pfizer y la alemana BioNTech, es la primera en ser aprobada por la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) y será usada en la mayor campaña de vacunación en la historia del país. Otras naciones han aprobado la vacuna también, como por ejemplo Gran Bretaña que empezó a vacunar a su población la semana pasada.
En Estados Unidos, los primeros en ser vacunados serán personal médico y residentes de albergues de ancianos. La esperanza que embarga a esos sectores de la población se ve atemperada por la tristeza ante la gran cantidad de fallecimientos, y la fatiga tras una intensa lucha de meses contra una pandemia que sigue causando estragos en todo el mundo.