Nuevamente las alarmas de ingobernabilidad deberán mantenerse encendidas en municipios donde el encono colectivo no solamente se mantiene, sino se hace fuerte por la omisión de las autoridades estatales.
Si el caso de Xicohtzinco atrajo las miradas en fechas recientes es porque vecinos lanzaron “huevazos” a las puertas del Congreso del Estado, aunque otro caso lejos de “aclimatarse” exige tomarlo en serio.
En Amaxac, simplemente, se han desatendido cada una de las exigencias de los habitantes y tanto la alcaldesa Nancy Cortés Vázquez, como el gobierno del estado, deben con urgencia abrir paso al diálogo y evitar que se les salga de las manos el control del municipio.
Ya van dos llamados de atención en menos de una semana, donde la presidenta municipal, literalmente, tuvo que salir corriendo protegida por la policía ante el embate de una turba.
Mal y de malas en Amaxac, donde pareciera que sólo esperan que se ahogue el chamaco para ver si tapan el pozo.
Una vergüenza. (LS)
El arte de jinetear la seguridad
Con la novedad que a cuentagotas avanza la certificación de las corporaciones policiacas municipales, y es que aún está latente el discurso –que paree más justificación– de recibir una administración deficiente, para realizar el trabajo de palomear a los efectivos.
¿Hasta cuándo seguirá el estado usando ese argumento cuando de la seguridad se trata?
Y es que basta entender que tras el escándalo de la presunta fuga de Alfredo Álvarez Valenzuela en Seguridad Ciudadana era necesario verificar la confianza de cada elemento para evitar casos similares.
De 2 mil 200 policías que hay en el estado unos 1 mil 250 se encuentran certificados, por lo cual, es urgente que la Segob, la SSC y los ayuntamientos se pongan las pilas y dejen de poner en juego la seguridad de la población.
O qué, ¿seguimos pensando que en Tlaxcala no pasa nada y todo es miel sobre hojuelas? (LS)
Covid, amenaza en el olvido
Con la llegada de marzo tal parece que la amenaza de los contagios de Covid-19 ha quedado en segundo plano, al menos para las autoridades estatales, pues en el ambiente hay un “extraño sabor” a confianza.
Si bien la curva de casos ha ido reduciendo en los últimos días el peor error que se puede cometer es “cantar victoria” antes de tiempo y creer que es tiempo de bajar la guardia.
Permitir la realización de eventos como el Carnaval o el Tour Mundial de Voleibol de Playa Challenge Tlaxcala 2022 claro que serán un auge para la economía del estado.
Pero el “costo” de nuevos aforos, con visitantes de todas partes del mundo, ¿no parece más un “traje a la medida” que una medida responsable?
De entrada ojala que las decisiones sean consideradas a favor de la ciudadanía y no por cumplir compromisos pactados, porque las consecuencias en esta pandemia cada vez son más altas. (LS)