La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tlaxcala (CEDHT) culminó un intenso programa de trabajo de 10 meses dirigido a mujeres con discapacidad auditiva, que incluyó capacitaciones, pláticas informativas y gestión de apoyos, finalizando con la entrega de reconocimientos y la formación de un grupo permanente de apoyo y gestión.

La presidenta de la CEDHT, Jakqueline Ordoñez Brasdefer, destacó cómo las 24 participantes identificaron colectivamente las barreras que enfrentan diariamente: "Nos compartieron las dificultades en acceso a educación, salud, transporte público y justicia, así como los casos de violencia en sus entornos laborales", explicó durante la ceremonia de clausura.

El programa, que inició en junio 2024, contó con la participación clave de la Consejera Consultiva Geovanny Pérez López y las intérpretes Adriana Tecpa Sartillo, Karla Brigette Pérez Guzmán (ambas mujeres sordas) y María Elena Teloxa Díaz, quienes facilitaron la comunicación durante todo el proceso.

Entre los logros más significativos se encuentra el acompañamiento personalizado para acceder a instituciones públicas, donde las participantes aprendieron a exigir sus derechos y los apoyos disponibles para ellas y sus familias. "Muchas llegaron sin conocer sus derechos básicos y hoy son promotoras activas dentro de su comunidad", resaltó Ordoñez Brasdefer.

La presidenta de la CEDHT subrayó la urgencia de implementar políticas públicas incluyentes, especialmente la capacitación de servidores públicos en lengua de señas mexicana y la adaptación de los sistemas de información. "La accesibilidad comunicativa no es un privilegio, es un derecho humano fundamental", afirmó.

Como resultado tangible del programa, la CEDHT estableció convenios de colaboración con diversas instancias gubernamentales y creó mecanismos específicos para dar seguimiento a las demandas particulares de las mujeres con discapacidad auditiva, asegurando que sus peticiones sean atendidas adecuadamente.

Este proyecto pionero no solo empoderó a las participantes, sino que sentó las bases para una red de apoyo permanente que continuará trabajando por la plena inclusión de las personas sordas en Tlaxcala, demostrando que la protección de derechos humanos requiere acciones concretas y sostenidas.