Algo no vuelve a cuadrar al interior de Movilidad Estatal, y es que luego del escándalo por presunto conflicto de interés en la dependencia, ahora, la titular, Luz María Vázquez Ávila, se ha metido en una verdadera “camisa de once varas”.
Resulta que la funcionaria desconoció a la empresa “Autotransportes para Turismo y Pasaje Alejandra”, quien tendría contrato con la Secretaría de Educación Pública para transporte de docentes.
Es más, rechazó que tuviera una concesión y no habría antecedentes, lo cual enciende las alarmas.
Pues el ahora exfuncionario de Movilidad, Rubén Domínguez Medel, dueño de esta empresa, fue ventaneado por tener un contrato de 15 millones de pesos para servicio de maestros.
Entonces, ¿o Luz María Vázquez da manga ancha para hacer tropelías en la dependencia o, de plano, no tiene idea de lo que pasa en Movilidad?
¡Qué vergüenza!, y pensar que estamos en tiempos del cambio verdadero. (LS)
Un desmemoriado en el Congreso
El diputado local, Vicente Morales Pérez, no perdió la oportunidad para “curarse en salud” y presumir que el Congreso del Estado atiende todas las inconformidades sociales.
Tal parecía que al morenista ya le urgía zafar al Congreso de los últimos actos de inconformidad que se viven en municipios, peor aún, afirmar que en ellos no hay “cerrazón” en los temas locales.
Pero los reclamos, manifestaciones, “huevazos” y exigencias que han llegado al Congreso terminan por dejar en tela de juicio el discurso de Vicente Morales Pérez.
¿Tal vez el propio legislador debería abrir las puertas del Congreso cuando estas “expresiones” aparezcan, a ver cómo le debaten su opinión? (LS)
Suspicacias en marcha del 8M
Luego del mensaje de la gobernadora, Lorena Cuéllar, sobre el respaldo a las manifestaciones por el Día Internacional de la Mujer, el próximo 8 de marzo, activistas rechazaron el llamado a cuidar los edificios históricos del Centro Histórico capitalino.
En redes sociales y círculos de activistas han lamentado el discurso de tolerancia y la petición para no vandalizar “el patrimonio cultural e histórico”.
Y es que ha despertado suspicacias la invitación para que la marcha sea “atestiguada” por medios y organismos de derechos humanos y sean exhibidas por actos de “infiltrados”.
Sin embargo, no hay que perder de vista los reclamos sociales tras esta marcha: feminicidios, trata de personas, violencia de género.
Ojalá que haya cordura para todas las partes y se viva un 8 de marzo a la altura con los tiempos que vive el país, también en Tlaxcala urge la paz. (LS)