La diputada local priista y dirigente del Sindicato de Salud, Blanca Águila Lima, ya “siente pasos en la azotea”, después de que fuera anunciada la próxima renovación para gremio.
Y es que de plano ya empezó a movilizar su estructura para repetir en el cargo, y el primer paso fue inscribirse en el proceso interno, buscando a toda costa mantener su coto de poder.
Para la priista es un bono redituable mantenerse al frente del gremio, y ejercer presión al gobierno estatal, obligando a atraer reflectores a su causa política hacia 2024.
Aunque claro, la ambición momentánea es no soltar el “hueso” y aferrarse al futuro de la alianza “Va por Tlaxcala”.
Por lo mientras, a Blanca Águila le va bien el adagio de “el que mucho abarca, poco aprieta”, y al paso que va seguro será su marca personal en el Congreso, Sindicato de Salud y como aspirante del desastre en 2024. (LS)
Morena y el descaro absoluto
Quienes terminaron por sacar el cobre son los recién elegidos consejeros de Morena en Tlaxcala, quienes recibieron la bendición de su dirigente estatal, Víctor García Lozano, para ser “más de lo mismo”.
Y es que los mentados “congresistas” que trabajen en la administración pública estatal, de los municipios y hasta el Congreso del Estado, no deberán separarse de sus funciones, a fuerza.
Así, con el “permiso” de su mesías estatal, los consejeros podrán dobletear funciones y, evidentemente, aprovecharse de las estructuras gubernamentales para beneficio propio.
¿No que esos vicios los terminaría de tajo la 4T? Es más, si no son capaces de actuar éticamente, ¿respetarán los tiempos laborales para separar su responsabilidad con los tlaxcaltecas y el poder que les dio el partido?
Para desgracia de todos, ya sabemos la respuesta, y más cuando el sello de Morena es el absoluto descaro político. (LS)
Congreso, lujoso trampolín político
De acuerdo con el Instituto Mexicano de la Competitividad, a pesar de que el Congreso de Puebla representa a casi seis veces la población de Tlaxcala, nuestros diputados locales cuestan a la ciudadanía más del doble, algo que sería medianamente aceptable si hubiera resultados en la mesa.
Lo cierto, es que cada vez es más notable que los diputados han encontrado cómo difundir su imagen personal a costa del propio Poder Legislativo.
Graduaciones, “apadrinamientos”, visitas “sociales”, todo es válido para quienes evidencian su interés político rumbo a 2024, claro, a costa de los tlaxcaltecas.
En términos reales, cada ciudadano destina 200 pesos para el Congreso, mientras en Puebla la equivalencia es de 60 pesos, lo cual despierta la comparación inevitable.
La crítica se agudiza cuando todo parece indicar que el Congreso es utilizado como vil trampolín político, nada más basta con “echarle un ojo” a los diputados que ya se andan moviendo para salir en la foto. (LS)