Sobre las comparecencias de funcionarios ante el Congreso, donde se supone que rendirán cuentas, destacan dos penosos actos: la burda complacencia de los morenistas, y la falta de preparación de los secretarios.

El diputado perredista Juan Manuel Cambrón Soria evidenció lo que calificó como “intensión de bloqueo”, pues hasta unos minutos antes de que comenzara la participación de Jesús de la Peña Bernal, encargado del campo, no había sido incluido en la lista de quienes realizarían preguntas.

Aunque al final sí incluyeron sus preguntas, el funcionario no supo responder por qué no se contrató el seguro catastrófico en 2022.

Además de que, según su análisis, las cifras del informe de la dependencia no cuadran.

Sin contar con los nervios y el intento de evadir cuestionamientos de la procuradora, Ernestina Carro Roldán, lo cual pone muy baja la vara en las comparecencias.

Y una raya más al tigre: la alfombra y terciopelo que los morenistas se empeñan en tender ante el gabinete.

Una vergüenza. (LS)

Centralismo en la SSC

El hecho de que Ramón Celaya Gamboa, el nuevo titular de la SSC, haya comunicado, mediante oficio, que él y sólo él es capaz de otorgar permisos de ausencia, incluso en días festivos, llama peligrosamente la atención.

Si bien la medida es para que se tenga a los elementos a disposición, sólo evidencia el centralismo de la dependencia.

Este trámite incluirá la firma del mismísimo jefe de la seguridad en el estado, como si no tuviera otras cosas que hacer, claro.

Además, sólo puede ser síntoma que los elementos de seguridad hacían lo que querían y tomaban permisos a diestra y siniestra.

Vaya enredo que se tienen en la SSC Tlaxcala. (LS)

Entre caprichos y un “pisa y corre”

Durante la pasada visita de AMLO a Tlaxcala, la gobernadora aprovechó para pedir el apoyo para conseguir un terreno, y así construir una central de abastos y una central camionera en Huamantla.

¿Será casualidad que a marchas forzadas el Congreso aprobó la mentada creación del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado?

Claro, luego del ridículo de pedir terrenos a la federación, la única forma de medianamente salir al paso era, justamente, obtenerlos de “pisa y corre”.

No es de extrañar que esta vía fuera la preferida para el gobierno y hacerse de cuanto “capricho” pueda.

Ojalá estos “bomberazos” también sirvan para el apoyo a víctimas de diversos crímenes y sus familias.

Es más, el apoyo a programas de colectivos, atención a feminicidios.

La sociedad lo reclama. (LS)