Amigos de Contragolpe, qué gusto saludarlos de nueva cuenta una semana más llena de emoción deportiva.

En este verano incesante a nivel deportivo siempre habrá espacio para hablar del tema que no deja de ser un debate con un dominio cíclico, así, hablamos de la Selección Mexicana.

El producto que en su propio país es duramente criticado por la falta de resultados y "apapachado" por los connacionales que ven en once tipos vestidos de verde una representación de su tierra natal o de la gente que los llevó al otro lado.

La Copa América, lo que se supone era la gran prueba rumbo a la Copa del Mundo 2026 y reiteró, se supone porque en el Tricolor se han hecho las cosas con los pies para llegar a buen ritmo.

Entre bajas por edad, lesiones antes y durante la convocatoria, falta de reacción en el banquillo y una contundencia chata desde hace años, ahí está la combinación del desastre.

Culpar a Jaime Lozano es la salida fácil de años de malas decisiones, pero hay que ver más allá de eso, son más de diez años de medidas que han sido pensadas en lo económico y lejos de lo deportivo.

Hoy existen voces críticas hacía Jimmy, pero hace un año era la maravilla y salvación por rescatar a México en una Copa Oro y salvar la chamba en la poderosa y nada negociable Nations League.

Hace un año era un héroe y hoy es el villano favorito de cientos, pero México sigue padeciendo los mismos problemas con referentes o jóvenes, es un tema que pasa por calidad. Se dice y no pasa nada al aceptarlo.

El fin de semana está en juego la verdadera Rifa del Tigre porque es ganar sí o sí a Ecuador para avanzar a cuartos y enfrentarse a la Argentina campeona del mundo, nada más.

En un escenario así es muy complicado ser optimista, quien lo haga tendrá derecho a hacerlo, pero si los resultados son negativos, que no reclame.

Porque los récords se hicieron para romperse

Nos leemos en la próxima

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