Amigos de Contragolpe, un placer saludarlos de nueva cuenta en este su espacio deportivo semanal donde siempre tenemos el gusto de hablar de temas del momento.

Así como llegaron, se fueron, esa es parte de la magia que regalan los Juegos Olímpicos París 2024 que nos ofrecieron un sinfín de historias. Desde los récords rotos, hasta las polémicas por temas de género, París 2024 nos ofreció todo eso que sólo puede generar el máximo evento deportivo, que por eso se celebra cada cuatro años.

Qué decir de nuestros medallistas, México superó lo conseguido en Tokio 2020 con sus 5 preseas donde el judo cumplió con la cuota de deporte sorpresa, el boxeo devolvió una gran ilusión, mientras que los clavados y el tiro con arco volvieron a cumplir los pronósticos.

Gracias, Prisca, Marco, Osmar, Juan, Ana Pau, Angela y Ale, gracias por darle alegrías a un México ávido de glorias entre tantas penas.

No disparen al mensajero

Siempre se podrá cuestionar por qué un país con más de 130 millones de personas es incapaz de conseguir medallas al nivel de otros países con menores infraestructuras, pero la verdad es que el tema es de fondo y se sabe de antemano cuál es: el desmadre que se tiene en las federaciones deportivas.

Si bien CONADE tiene una gran responsabilidad en estos resultados, también se debe ver el opaco manejo de la mayoría de estas federaciones; en boxeo, el presidente tiene más de 30 años y en su gestión solo tiene tres medallas, raquítico para la potencia que es México.

Taekwondo, la decepción de París 2024, también se debe cuestionar porque fue de los deportes que más dinero recibió en el ciclo olímpico, y para la gris exhibición en el femenil y el amargo quinto lugar varonil, deja mucho que desear.

El eterno conflicto con los deportes acuáticos, la falta de claridad en el ciclismo, las dificultades en badminton, el atraso de casi 30 años en atletismo, la mediocridad del fútbol... Nuestros deportes y sus dirigentes tienen mucho que explicar.

La transformación de Ana

Hablar de Ana Gabriela Guevara a estas alturas se parte en dos: la medallista en Atenas 2004 que ilusionó a México y la funcionaria pública de la Cuarta Transformación.

La primera, con una imagen intachable, admirable y toda una referente ante unas autoridades opacas en su momento, a las que le dedicó sus triunfos y calló bocas con su esfuerzo.

La que regresó de París valentonada y soberbia causa tristeza porque bien dijo el buen Christian Martinoli en un live: "la imagen de un medallista es intachable hasta que entra a la política".

A título personal, su arribo a la CONADE en 2018 me generó una enorme esperanza para los atletas mexicanos. No dudo que haya trabajado en este sexenio, pero la imagen que dejó a su paso terminó por raspar aquella Ana que tocó el olímpo.

10 años de aullidos

Para terminar con un buen sabor de boca, esta semana los Coyotes de Tlaxcala celebraron 10 años de historia. Un equipo que ha logrado tener cierta estabilidad ante los enormes retos de las divisiones inferiores.

La jauría unida ha pasado momentos históricos como su bicampeonato y su arribo a la Liga de Expansión para hacer su propia historia en el Tlahuicole.

Entre pandemia y no ascenso, que un equipo tenga la estabilidad como la tiene Coyotes de Tlaxcala, es para reconocerse.

¡Muchas felicidades, jauría unida! Que sean muchos años más.

Porque los récords se hicieron para romperse.

Nos leemos en la próxima.

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