Ayer se llevó a cabo el último informe del gobernador Mario Marín Torres, y aunque el recinto fue de estreno no hubo lleno completo en la nave de 30 mil metros. Al informe no llegó la maestra Elba Esther Gordillo, sin embargo, sí llegó ‚Äîy corriendo‚Äî Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México, quien robó cámara y hasta "señor presidente" lo llamaron algunos.

El nuevo Centro Expositor resultó enorme para el sexto informe, por lo que fue necesario quitar sillas, ya que no pudieron llegar los 5 mil invitados ante el cierre de calles que causaron los defraudados de Sitma y el desquicio vial; la ventaja de la infraestructura permitió quitar sillas y correr cortinas para evitar los vacíos.

Afuera, las corporaciones policiacas, incluyendo la montada, se desplegaron en Los Fuertes, donde los caballos fueron el atractivo para los visitantes distinguidos que entraron en camionetas hasta las puertas del recinto.

Los invitados puntuales como Beatriz Paredes y el gobernador de Tlaxcala, Mariano González, para evitar el acoso de la prensa, fueron alojados en las salas VIP y hasta que dieron las 12 del día fueron a ocupar los asientos de primera fila. A esa hora, el gobernador Mario Marín, acompañado de su esposa Margarita García, comenzó el recuento de lo hecho a lo largo de los seis años.

Apenas había saludado a la concurrencia, rayando el caballo por Los Fuertes llegó Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México, atrás de él ‚Äîy no con él‚Äî llegó Javier López Zavala, por cierto, será enviado como delegado del PRI a Guerrero para las elecciones del próximo domingo.

La clase política
En la primera fila se encontraban casi 50 personalidades. A partir de Beatriz Paredes a la derecha quedaron sentados los gobernadores: Enrique Peña Nieto, que tuvo una larga charla con la líder del PRI, quien ya va de salida. Doña Bety rehuyó a los reporteros, la única frase que expresó fue: "las derrotas no son para siempre".

En esa fila quedaron también Ulises Ruiz, gobernador de Oaxaca; Mariano González de Tlaxcala, y Francisco Olvera de Hidalgo; después los exgobernadores, Melquiades Morales y Manuel Barttlet, tuvieron que "hacerle huequito" a Javier López Zavala.

De lado izquierdo de Beatriz Paredes estaba Margarita García, quien lució un Chanel lila discreto; sus hijos Mario y Fernando y el padre del gobernador, Crescencio Marín, quedó junto al presidente del TSJ, León Dumit; después la presidenta municipal Blanca Alcalá junto al gobernador electo, Rafael Moreno Valle, a continuación el general de la 25 zona militar, Elías Luciano Estrada; por último, el arzobispo de Puebla, monseñor Víctor Sánchez y el padre Froylán Hernández.

El sonido no fue tan bueno, lo que provocó que muchos de los asistentes cayeran en sueño con ojos abiertos, otros optaron por la "pestañita" y otros por el comadreo.

Empresarios como Ricardo Henaine no dejaban de ver el reloj, diciendo para sus adentros "el tiempo es oro". Los visitantes del interior del estado aprovecharon para conocer la magna obra y salieron a darle la vuelta.

El inconveniente
En la jornada de ayer el cierre de calles y el bloqueo en el bulevar Héroes 5 de Mayo y 18 Oriente provocaron que muchos políticos no llegaran al recinto ferial. Un caso fue el del diputado José Juan Espinosa, quien quiso negociar su paso con los manifestantes de las agrupaciones de defraudados, por lo que se bajó de su camioneta y queriéndose hacer popular les ofreció ayuda, pero se encontró con un rechazó total, por lo que antes de que lo pintaran de otro color optó por la graciosa huida.

El adiós
Al término del informe, a Mario Marín se le quebró la voz, pero "aguantó" y deseó lo mejor a la nueva administración.

En un tris apareció una nube de guaruras, choferes y hombres de negro con radios y todo tipo de aparatos, que se desplegaron para escoltar la salida de Enrique Peña Nieto, quien a su paso fue piropeado.