Entre la solemnidad y la devoción el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa les colocó a los nuevos obispos auxiliares las insignias episcopales que los muestran ante el pueblo católico como las dignidades de la elevada autoridad que desde ayer ostentan.
La feligresía católica se volcó en el Centro Expositor. ‚ÄîQueridos hermanos, Dagoberto y Eugenio, yo les pregunto, ante esta comunidad de la Iglesia, quieren consagrarse hasta la muerte al ministerio episcopal que hemos heredado de los apóstoles y que por la imposición de nuestras manos va a ser concedido por la gracia del Espíritu Santo ‚Äîles preguntó el arzobispo Sánchez Espinosa a los nuevos obispos. ‚ÄîSi quiero ‚Äîrespondieron los nuevos obispos Sosa Arriaga y Lira Rugarcía ante la asamblea de los creyentes. ‚Äî¿Quieren anunciar con fidelidad y con constancia el evangelio de Jesucristo? ‚Äîles volvió a preguntar el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa. ‚ÄîSí quiero ‚Äîse oyeron las dos voces. ‚Äî¿Quieren conservar integro y puro el depósito de la fe, tal y como fue transmitido por los apóstoles y que la Iglesia ha conservado siempre y en todo lugar? ‚ÄîSí quiero ‚Äîrespondieron al unísono los obispos.
En uno de los momentos más encumbrados de la celebración episcopal, el arzobispo Sánchez Espinosa atavió a los nuevos obispos auxiliares con la indumentaria de su autoridad religiosa.
Desde ayer, Dagoberto Sosa Arriaga y Eugenio Lira Rugarcía podrán portar el solideo, ese casquete de seda con el que los prelados se cubren la coronilla y que sólo se lo quitan ante lo más elevado o sagrado, y la mitra, esa toca que distingue a las autoridades eclesiásticas desde tiempos remotos.
Más de 20 mil feligreses atestiguaron la celebración litúrgica que concelebraron, además de Víctor Sánchez Espinosa; el nuncio apostólico de México, Christophe Pierre; el arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, y el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Aguiar Retes.
El arzobispo de Puebla atrajo todas las miradas cuando ungió a los dos nuevos obispos auxiliares de Puebla, Sosa Arriaga y Lira Rugarcía, al leer el mandato papal y hacer la ceremonia de la imposición de manos, la unción y darles a los nuevos obispos los libros sagrados y las insignias episcopales.
El llamado del nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, durante la homilía fue ser leales a la vocación pastoral y difundir el mensaje de Cristo, y como "pastores "siempre dispuestos a gastar sus vidas por las ovejas".
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En la ceremonia de unción de los obispos la ciudad de Dios se juntó con la ciudad terrenal. Titulares de los poderes, diputados, presidentes de las fuerzas políticas, funcionarios públicos, líderes empresariales asistieron a la celebración, entre otros. Rafael Micalco, Ana Teresa Aranda; la empresaria radiofónica Coral Castillo de Cañedo, Pablo Rodríguez; el dirigente empresarial Luis Gerardo Iman Peraldi; Luis Rodriguez Fernandez, dirigente del CCE; los diputados Rafael von Raesfeld, Enrique Doger, Enrique Nacer, Tony Gali, Ana María Jiménez, José Luis Márquez, Salomón Escorza y Víctor Hugo Islas.
El exfutbolista Alberto García Aspe, el exsecretario Valentín Meneses, el dirigente del PRD, Miguel Ángel de la Rosa y Lilia Cedillo, vicerrectora de cultura de la UAP, entre otros personajes.
Más tarde, el gobernador Rafael Moreno Valle y el secretario de gobierno, Fernando Manzanilla Prieto acudieron al Seminario Palafoxiano donde fueron recibidos por el nuncio apostólico en México, Christophe Pierre; el arzobispo de la arquidiócesis de México, Norberto Rivera Carrera y el arzobispo de la arquidiócesis de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa.