Un dictamen sobre  edificio que alberga el Congreso del Estado, realizado en 1993 por el Colegio de Arquitectos de Puebla señala que era obsoleto y advirtió  “el inevitable fin de la vida útil del inmueble”, por lo que la alternativa que se planteaba era la reubicación de la sede en un lugar fuera del Centro Histórico de la capital.

El documento que se encuentra disponible en el Archivo del Congreso, cuenta con las firmas del presidente de la Gran Comisión del Poder Legislativo, Miguel Quirós Pérez, y del entonces presidente del Colegio, José Luis Ramírez Mantilla, en el que se reiteró que el inmueble era obsoleto para que pudiera operar el Poder Legislativo.

En el dictamen estructural que presentó el 30 de abril a los diputados la Universidad Autónoma de Puebla, se reveló que era necesaria la intervención inmediata del inmueble ubicado en la Avenida 5 Poniente 128. Los especialistas señalaron que el edificio fue diseñado para dos plantas, sin embargo en los últimos años le añadieron cuatro más en algunas áreas y peso adicional.

En la carpeta hay un oficio dirigido a Héctor Álvarez Santiago, director del Centro Regional INAH con fecha 15 de junio de 1993, en el que el presidente de la Gran Comisión, Miguel Quirós Corte, le solicitaba su punto de vista en torno a la situación del inmueble.

Conforme a la carpeta entregada, se precisa que en el estudio del Colegio de Arquitectos participaron los profesionales Abel Aguirre Terán, Edmundo Estrada Tirado, María Cristina García Torija, Francisco Javier López Romero, María Teresa Rojas Ortiz, así como Manuel Yela Osorio, y lo firma el presidente José Luis Ramírez Mantilla.

El análisis

El estudio hace referencia a que llevaba 88 años funcionando en el inmueble de la 5 Poniente 128, basado en uso y función; capacidad, condiciones de habitabilidad, función urbana y actividad.

“Dichas instalaciones  actualmente han sido rebasadas en su función, debido al crecimiento demográfico del estado, el cual aumenta las actividades del quehacer legislativo… Se nota lo obsoleto y reducido del local para llevar a cabo nuevas técnicas de legislación, hace falta auxiliarse  de elementos como biblioteca, hemeroteca, archivos funcionales, banco de datos, informática computacional, y enlace con los grandes aparatos que conforman la logística legislativa del país”.

Desde 1993, el informe señaló: “En lo operativo el actual edificio incrementará su ineficiencia  en proporción directa del crecimiento del estado  y, por lo tanto de sus problemas de legislación, así como el inevitable fin de la vida útil del inmueble”.

“En su habitabilidad se ve la falta de espacios adecuados para el desarrollo en condiciones normales y cómodas del trabajo cotidiano de las personas que tienen a su cargo  hacer las leyes que normen la vida política y social de los ciudadanos”, continuó.

La realidad

Los especialistas señalaron en el estudio: “Debemos considerar el caos de tipo urbano que provoca la ubicación física  del local, en el contexto de un centro histórico bello, pero equipado con una infraestructura calculada para una ciudad del siglo XVII, sin servicios, sin estacionamientos, sin vías capacitadas para soportar el aforo vehicular actual, así como una centralización de los centros de decisión gubernamental”.

“Las funciones de este palacio legislativo por su naturaleza y, tomando en cuenta el sistema democrático que vive el estado, lo hacen vulnerable como punto de conflictos político-sociales, así que las manifestaciones, mítines y otros eventos populares impactan aún más  negativamente en la funcionalidad del entorno del Centro Histórico”.

El diagnóstico

Los especialistas, hace 26 años, señalaron que tratar de remozar el palacio legislativo para resolver el problema sería costoso, difícil de hacer y solo podría mitigar en pequeña proporción las carencias que se detectaron.

Otro punto fue que la infraestructura que apoya las instalaciones es escasa e insuficiente, lo cual agrava  las condiciones para tratar de mejorar el funcionamiento correcto del edificio.

“Dadas esas condiciones se justifica pensar en otras rutas, que nos lleven a una optimización de las funciones del poder legislativo y de acuerdo a la magnitud  que ésta acción representan para el sano desarrollo del gobierno estatal”.

Las alternativas

Para concluir, los arquitectos presentaron siete puntos a los legisladores como alternativas para resolver el problema:

Localizar un predio que garantice un área suficiente y con infraestructura  que pueda albergar un edificio de la importancia y magnitud del analizado. Que este predio no desajuste el funcionamiento urbano de su entorno (impacto urbano-ambiental).

Que sus accesos estén calculados como expeditos a corto y largo plazo.

El diseño debe cuidar y respetar el paisaje urbano de su contexto, de acuerdo a su imagen y su importancia

Diseñar un edificio que cumpla totalmente con las necesidades y requerimientos programáticos del Palacio Legislativo

Las necesidades se determinarán, por medio de una investigación a fondo del funcionamiento y operación del poder legislativo, teniendo en cuenta su proyección de crecimiento a futuro.

Adecuar el edificio actual, aplicando un criterio de restauración óptimo.

Determinarle un uso y un destino que garanticen su existencia de una manera digna de acuerdo a su valor.

La azotea con sobrepeso

Actualmente, en la parte superior del inmueble, de acuerdo a las imágenes tomadas desde la azotea del Hotel Isabel, se comprueba que el edificio tiene estructuras para operar el aire acondicionado, cuartos de servicio y oficinas.

En la azotea, se encuentran al menos seis tinacos con capacidad cada uno de mil cien litros de agua, sin embargo, personal del poder legislativo informó que tras el sismo del 19 de septiembre de 2017 fueron retirados algunos de éstos para reducir la carga que se tenía