El Viacrucis Angelopolitano regresó a las calles de Puebla tras 200 años de espera. El recorrido encabezado por autoridades eclesiásticas, representantes del Ayuntamiento capitalino y devotos, arrancó con las festividades religiosas de la Semana Santa.  

Aquí la fotogalería del recorrido

El Obispo auxiliar de la Arquidiócesis Felipe Pozos Lorenzini en compañía de los regidores Myriam Arabián Couttolenc, Miguel Méndez, el secretario de Turismo Alejandro Cañedo Priesca y el gerente del Centro Histórico, Sergio Vergara Berdejo, así como devotos, fue el encargado de iniciar la caminata desde el templo de San Francisco hasta El Calvario, como se realizaba este acto religioso en el siglo XVII. 

Las oraciones, acompañadas con las imágenes de la Virgen de los Dolores, Padre Jesús y una Cruz por momentos cargada por representantes de medios de comunicación partieron del templo franciscano a la zona de El Calvario para santiguarse en cada una de las capillas y rezar las plegarias para ponerse a mano con Dios.

Fue en 1606 cuando la orden de los Franciscanos comenzó con la ayuda de la Tercera Orden y los devotos de la Angelópolis la construcción de Viacrucis en las faldas del Cerro de Belén integrado por 14 capillas, una de ellas ya destruida, la que se encontraba en lo que ahora es la 14 Oriente.

Pese a ser viernes e inicio de vacaciones, los automovilistas y microbuceros calmaron sus ansias y abrieron paso a la procesión. 

El silencio se adueñó de la Puebla añeja, en la zona donde ocurrió la primera fundación de la Angelópolis, durante el caminar sólo se escuchaban los rezos y cánticos para rendir pleitesías al creador del universo y, a su hijo, Jesucristo.

El grupo de creyentes con el Obispo Auxiliar, Felipe Pozos y los representantes del ayuntamiento poblano en El Calvario recorrieron cada una de las capillas para seguir el camino de la pasión de Jesucristo.

Los Padres Nuestros y las Aves Marías también fueron rezados por pobladores de los Barrios de Xanenetla, Xonoca, Analco, San Antonio y El Alto. El fervor no desentonó con las imágenes de la Virgen de los Dolores y Padre Jesús.

Niños, jóvenes y ancianos no ocultaron el fervor que ha distinguido a la Puebla milenaria, premiada con la visita de San Juan Pablo II en la década de los 70’s, la ocasión fue épica porque un Franciscano, al igual que los fundadores de la Angelópolis, caminó la senda del Viacrucis en silencio como lo marca su orden.

Los cristianos que participaron, comulgaron y caminaron la senda, al concluir la celebración recibieron la bendición y la indulgencia plenaria abalada con la firma del Papa Francisco.