Mientras las autoridades del sector salud no quieran revelar el número de personas enfermas y el índice de decesos derivado por la contaminación del río Atoyac, se adolecerá de condiciones idóneas para realizar programas serios que incidan en sanar a niños, advirtió la directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente -IIMA- de la Ibero, María Eugenia Ibarrarán Viniegra, al valorar la propuesta para desarrollar una base de datos de los grupos de personas afectados por la contaminación donde pasa la afluente.
Durante la presentación de resultados del Foro Seguridad Hídrica, la investigadora destacó que para enriquecer el sistema de monitoreo de personas afectadas físicamente por la contaminación heredara por el Atoyac, se encuentra la propuesta de la UNAM.
El programa de la UNAM, subrayó, prioriza que con toda la información de la población que está enfermándose o muriendo a raíz de la contaminación del Atoyac, se desarrolle una base de datos para que se les puede dar seguimiento.
Además, la propuesta engloba que junto a hospitales de especialidades en la región por donde pasa el cauce se atienda verdaderamente a las personas y en paralelo hacer del conocimiento público las clínicas donde se pueden dar atención a las personas y llevar su seguimiento puntual.
“Mucho se ha dicho, que es una de las cosas que se comentan en los videos es la importancia de identificar sobre todos a los niños que se están enfermando, pero que todavía estén en una situación muy del inicio de la enfermedad para que se les puede dar un tratamiento y se les puede aliviar”.
Pero lamentó que un dato que le parece impresionante es que en países como México, que en términos y condiciones de salud, es un país gigante en desarrollo, como lo indica el 85 por ciento de niños que nunca sanan por el arcaico sistema de salud, contrasta con el 15 por ciento de pequeños en países industrializados a quienes no se les puede sanar.
Calificó de ético y moral que existan los mecanismos para salvar a los niños y adultos de esos cuerpos de agua infectados, “es imperativo y moral hacerlo”.
Ibarrarán Viniegra matizó que desgraciadamente no existen datos, "sabemos visibles pero se conoce que los tiene el sector salud, pero no los quiere compartir y uno de los objetivos de este grupo es que se evidencien para conocer dónde están las personas que están enfermas y cuáles son los casos de enfermedad y defunciones, con qué componentes contaminantes los pacientes estuvieron ligados su fallecimiento y a la enfermedad, “existe la información pero no se puede cruzar ante la negativa (de la autoridad sanitaria), pero esto es crucial que se comparta para realizar acciones para atender a las personas enfermas”.
Alseseca tres veces más contaminado
La afluente del río Alseseca, que circula de norte a sur de la Angelópolis por la zona oriente, está tres veces más contaminado que el Atoyac que circula por el poniente, pero ambos desembocan en la laguna de Valsequillo.
De acuerdo con los resultados del estudio de del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente (IIMA) Xabier Gorostiaga de la Ibero Puebla, Gabriela Pérez Castresana destacó que el Alseseca presenta una concentración mayor de contaminación comparada en una misma muestra de agua.
Conforme a los parámetros que utiliza la Comisión Nacional del Agua y que emplea para diagnosticar la salud de ríos, tanto el Alseseca como el Atoyac se encuentran muy contaminados por concentración de contaminantes del sector industrial y urbano.
Reveló que el criterio Demanda Química de Oxígeno (DQO), parámetro que mide la cantidad de sustancias susceptibles de ser oxidadas por medios químicos que hay disueltas o en suspensión en una muestra líquida, supera los límites permitidos nacionales y globales.
Indicó que la Conagua, clasifica a un río como contaminado si los valores de la Demanda Química de Oxígeno (DQO) se encuentra entre los 40 y los 200 miligramos por litro y muy contaminado si los valores parecen por arriba de los 200 miligramos por litro.
“Se puede evidenciar que el Alseseca se encuentra mucho más contaminado por ser un río mucho corto, es cuatro veces menor al Atoyac; tenemos a Barranca Honda como el punto más contaminado del Atoyac; en algunos puntos de este río se encontraron valores de más de mil 200 DQO”.
Al referirse al Alseseca, indicó que se vierten aguas de diversas industrias textiles y otros giros comerciales y en el Atoyac, también, se presentan contaminantes de industrias y de zonas urbanas de los municipios por los que pasa.