A veces la vida te pone obstáculos sólo para superarlos.
Y son precisamente esas dificultades las que debemos vencer, las que nos sujetan y dan sentido a nuestra existencia.
“El destino me puso a prueba una madrugada del verano de 2005. Pagué mi audacia con sangre pero descubrí que los límites no existen cuando tu mente, tu espíritu y tu corazón se proponen algo”.
Así comienza la historia de Josafat González, un joven que nunca se rindió ante las adversidades. El terrible accidente que sufrió en Italia marcó el rumbo que a partir de ese momento debería de recorrer con gran valentía, determinación y sin mirar al pasado. Su fortaleza y ganas de vivir fueron el motor para que él y las personas que lo acompañaron en este proceso descubrieran que en la vida no hay reglas sino posibilidades.
Para Josafat cada fracaso, obstáculo o dificultad son aprendizajes y oportunidades, en uno, dice, está saber aprovecharlas o no. Para él le han permitido salir adelante y continuar con su vida, aceptar los errores, viviendo a plenitud.
Su historia de vida es ejemplo de muchos, su interés por ayudar a los demás y apoyarlos con experiencia lo llevó a formar la fundación que ahora dirige, Pasos que dejan huella.
Sobre el autor
Josafat González (Monterrey, Nuevo León 1982) Es egresado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), en donde estudió Contaduría y Finanzas.
En el verano de 2005 viajó a España para participar en un intercambio académico en la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid. Ese año marcó un punto de quiebre en su vida, luego de sufrir un accidente en el que perdió ambas piernas.
Este doloroso acontecimiento le enseñó a ver los obstáculos como oportunidades y a levantarse en los momentos difíciles. Josafat es ahora conferencista y presidente de la Fundación Pasos que dejan huella, A.C.