Ante una plaza que hervía de emociones Arturo Macías consiguió realizar una faena de altos vuelos que fue el culmen de una tarde para no olvidar. El toro de regalo de la ganadería de San Isidro fue un “Caramelo” así como su nombre, mismo que permitió al de Aguascalientes hacer sentir, provocar las pasiones que rayaron el paroxismo de una afición entregada, desbordada de ímpetu y extasiada de buen toreo.
Macías inició su labor con péndulos acortando las distancias, luego se recreó en una faena derechista aprovechando el buen son del burel que por ese lado permitió el triunfo del torero de la tierra de la gente buena.
Tandas largas, profundas, sentidas e impregnadas de torería y solidez fueron el común denominador de una labor entregada en plenitud brindada a una afición que deseaba una gran tarde y la obtuvo.
El susurro de un inicio se convirtió en gritos de entusiasmos de torero, torero, una plaza que blanqueó en petición del indulto, mismo que a “Caramelo” número 193 de 480 kilogramos le fue concedido, Macías rebosante de alegría recibió las orejas y el rabo simbólicos.
Con los de su lote Arturo Macías ha estado entregado y salió al tercio en ambos; al primero le realizó una labor pundonorosa que pudo haber sido de triunfo, pero el acero se lo impidió. Su segundo fue un toro complicado con el que estuvo voluntarioso, abrevió y con la espada ha estado desacertado.
Hermoso de Mendoza ha tenido una actuación sobresaliente tanto que cortó el rabo de su segundo y recibió ovación en su primero.
Gerardo Adame obtuvo silencio en el primero y oreja en su segundo.
Así Macías confirma que este 2012 viene en grande, para reencontrarse con la afición mexicana.