Día histórico para el futbol mundial, el fantasma del descenso cobró una nueva "víctima" que no había conocido de él; Santos de Brasil, club que hizo mítico a Pelé (QEPD) y en su momento, famoso a Neymar, perdió la categoría por primera vez en sus 111 años de existencia.
Luego de tener un torneo lleno de turbulencias deportivas y malos resultados, el tres veces campeón de la Copa Libertadores cayó a la Serie B (Segunda División) tras quedar en el lugar 17 de la tabla general.
En el Brasileirao (Primera División), los últimos cuatro clubes de la tabla general (del 17 al 20) bajan de categoría luego de culminar la campaña que va de marzo a diciembre.
Santo FC ya venía mostrando síntomas "comunes" de un club con un posible descenso luego de vivir años entre crisis deportivas y económicas.
A pesar de haber sido finalista de la Copa Libertadores en 2020, los malos resultados siguieron siendo una constante en El Peixe y estos se agudizaron la temporada 2023.
Como si no fuera suficiente crueldad del destino para el conjunto brasileño, el descenso se concretó a unos días de cumplirse el primer aniversario luctuoso del Rey Pelé.
Santos FC llegó a la última jornada en el sitio 15, es decir, en puestos donde mantenía la categoría y donde en la mayoría de los resultados le daban la salvación.
Sin embrago, contra los pronósticos, el Santos perdió en casa y ante su gente 2-1 ante Fortaleza, resultado que combinado con los triunfos de Vasco da Gama y Bahia, lo colocó en el último espacio de la zona roja.
Con goles de Marinho (exjugador de Santos) al 39' y Juan Martín Lucero en tiempo de compensación, (90+6) el dos veces campeón del mundo se sepultó en la quema del descenso.
Con 43 puntos en 38 jornadas, Santos FC terminó su racha como club "inmaculado", es decir, equipo que no había descendido en su historia. En la actualidad ya sólo dos clubes de Brasil sobreviven a semejante situación: Sao Paulo y Flamengo.
Aficionados generan destrozos y caos
Tras confirmarse la derrota del tres veces monarca continental, los fanaticos de El Peixe no tomaron nada bien el descenso de su club y dentro del Estado Urbano Caldeira de Villa Belmiro invadieron la cancha para intentar agredir a los jugadores.
La furia de los aficionados no quedó en el terreno de juego, pues hubo destrozos e incendios afuera del estadio, inmediaciones del equipo y otros puntos de la ciudad.