Con la confrontación interna que se vive en el Partido Acción Nacional (PAN) en Puebla, lo que se busca en abrir espacios y dar más apertura a El Yunque y limpiar el proyecto de la diputada federal, Genoveva Huerta. Para el analista político del Instituto de Ciencias Jurídicas (ICI), Cristopher Mejía Rosas, se observa un revanchismo y continuidad normal, por eso, adentro del PAN existe una serie de facciones que buscan consolidar su proyecto político.

Cabe recordar que El Yunque, de acuerdo al escritor Álvaro Delgado, es una agrupación secreta ultra-católica, de extrema derecha, que nace en Puebla en el año 1952 y que hoy, tiene alcances internacionales, como en España.

Se reconoce su origen en la Ciudad de Puebla y tuvo su origen entre un conflicto entre jóvenes alumnos de escuelas privadas católica contra otros con ideología comunista en los años 70.

Para el académico, la expulsión del PAN de Eduardo Alcántara, responde a la intención de hacer a un lado el proyecto de Genoveva Huerta, aunque, las acusaciones ya aceptadas por el diputado local sobre violencia política en razón de género resultan graves.

Fue en abril pasado, cuando la panista Érika de la Vega acusó a Alcántara Montiel de amenazas, además de que teme por su vida y fue cuando empezó el proceso de investigar la violencia política en razón de género.

Mejía Rosas, afirmó que la polarización política agudiza la violencia política en razón de género, además, el contexto político actual está impactado por esa polarización, que se arraiga en el contexto social y político actual.

Por mandato de la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) el legislador poblano tuvo que ofrecer disculpas públicas a la panista.

El coordinador de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales del ICI, dijo que tiempos de una alta participación representativa, pero también de una confrontación violenta en contra de las mujeres.

Por eso, dijo que, hoy las mujeres ocupan cada vez más puestos representativos, pero también generar una reacción violenta y confrontativa de parte de grupos extremistas, debido a la masculinidad que prevalece en la política mexicana.

Por ello, advirtió que, con la expulsión de Alcántara Montiel, las voces como la del presidente del Congreso del Estado, Eduardo Castillo, quien abrió las puertas de Morena acusado de violencia política en razón de género, pueden ser alarmantes.

“Si Morena abre las puertas a actores sin distinción ética, moral y política, rompe todo trabajo político y así comenzará a tener un desgaste más crítico al interior de su partido”, finalizó.