Después de un tiempo de persecución en su contra por lavado de dinero y delincuencia organizada, que llevó a la Universidad de la Américas Puebla (UDLAP) a un paro laboral y académico de 8 meses, este 1 de agosto, Luis Ernesto Derbez Bautista retomó el cargo como rector de esa casa de estudios.

Fue el Consejo empresarial UDLAP y el patronato de la Fundación de las Américas Puebla, los que informaron que, a partir de esa fecha, Derbez Bautista se reintegra a sus funciones en su calidad de rector.

Además, informaron también que Cecilia Anaya Berríos, se reintegra a sus funciones como vicerrectora Académica, y a quien le agradecieron su compromiso, dedicación y profesionalismo mostrado durante su gestión como rectora interina.

En contra del rector de la UDLAP había una investigación federal, por un desfalco de 720 millones de dólares de la Fundación Jenkins, con una triangulación de recursos.

En los tiempos de crisis, nombraron a un nuevo rector, en la figura de Armando Ríos Piter, que duró poco tiempo en el cargo que después fue tomado por Cecilia Anaya Berríos.

Derbez Bautista se fue de Puebla, pero no dejó de llevar su caso de manera oficial, lo que le permitió regresar hoy para retomar el cargo del que fue destituido para retomar las riendas de la rectoría de la UDLAP.

Fue Intolerancia Diario, a través de la columna El Palacio de las Intrigas, que publicó por primera ocasión el regreso de Luis Ernesto Derbez Bautista como rector de la UDLAP, publicada el pasado 7 de junio.

La salida de Derbez Bautista de la UDLAP, fue en agosto de 2021, tras haberse publicado una orden de aprehensión en su contra y fue a partir de ahí que los problemas internos se vinieron como una bola de nieve.

En esos tiempos de crisis, se despidió el rector y hasta hubo un nuevo patronato y también empezaron las descalificaciones entre ambos bandos, todo dentro de unas instalaciones tomadas, donde el nuevo patronato de la Fundación endosó a Derbez Bautista las irregularidades que, aparentemente, fueron detectadas.

Fueron crecientes las voces estudiantiles, académicos e investigadores que exigían la liberación del campus y con eso priorizar la estabilidad educativa y el bienestar de la comunidad universitaria sobre intereses particulares.

Dentro de las irregularidades financieras y administrativas estaba el control del alrededor de 720 millones de dólares de la Fundación Jenkins.

El mismo rector fue acusado de recibir recursos millonarios de parte de empresas factureras, por eso se abrieron varios frentes de investigaciones ante autoridades federales.

Fue con Cecilia Anaya Berríos, que la UDLAP empezó con la recuperación física del campus, además de los trabajos en la calidad de sus programas educativos y la confianza de los alumnos que hoy tiene.