La BMA pide que se extienda también a los coches la actual prohibición de consumir tabaco en los lugares públicos porque la concentración de niveles de toxinas en los vehículos es 23 veces más alta que las halladas en un bar donde se fuma mucho.
Según la asociación médica, el llamado fumador pasivo que viaja en un automóvil puede tener problemas en los pulmones, mientras que los niños son particularmente vulnerables porque sus sistemas inmunológicos están menos desarrollados.
La BMA considera que es necesario que el país tome medidas duras, como una total prohibición, incluso si un automovilista viaja solo porque las toxinas permanecen en el vehículo y pueden ser peligrosas para una persona que suba después al coche.
La directora del departamento de ciencia de la asociación, Vivienne Nathanson, admitió hoy que la prohibición puede ser una medida "audaz y valiente" pero hay pruebas suficientes para justificar extender la actual prohibición en materia de tabaco.
Algunos estados de EE.UU. y Australia y provincias de Canadá han introducido un tipo de legislación en este sentido, pero está centrada sobre todo en el caso de la presencia de niños en los coches. Sin embargo, la BMA puntualiza que una prohibición total sería la mejor opción porque sería más fácil de controlar.