Durante un encuentro con periodistas a bordo del avión papal y en camino hacia el céntrico estado mexicano de Guanajuato, el pontífice se refirió a sus expectativas del viaje apostólico a Latinoamérica, que inició este día y se extenderá hasta el próximo 28 de marzo.
“Debemos hacer lo posible contra este mal destructivo para la sociedad y para nuestra juventud, diría que la primera acción es anunciar a Dios”, dijo al responder una pregunta relacionada con las dificultades que afronta México en materia de seguridad y lucha contra el narcotráfico.
“Tarea de la Iglesia es educar las conciencias a la responsabilidad moral, desenmascarar la idolatría del dinero que esclaviza a los hombres, desenmascarar el mal y las falsas promesas, desenmascarar la mentira y la estafa que están detrás de la droga”, agregó.
Reveló asimismo que realizará la visita pastoral a la región, que también incluirá un paso por Cuba, para animar y para aprender, para confortar en la fe, en la esperanza y en la caridad.
Aproximadamente a las 09:50 horas (02:50 hora mexicana), el avión B777 de la compañía Alitalia despegó del aeropuerto Leonardo Da Vinci de Fiumicino (Roma) con destino a León, Guanajuato, donde se espera su aterrizaje a las 16:30 horas locales.
La artrosis que padece en su pierna derecha le obligó a utilizar un elegante bastón de paseo oscuro, que portó con desenvoltura, para recorrer la breve distancia que lo separaba del helicóptero, con el cual había llegado al aeropuerto, hasta la escalera del avión.
En ese recorrido lo acompañó el primer ministro de Italia, Mario Monti, y el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone. Una vez al pie de la aeronave dejó el bastón y subió ayudado por el pasamanos de la escalerilla.
Según informó la Radio Vaticana, en su encuentro con la prensa sostuvo que ante la situación socio-política de Cuba se dijo seguidor de la iniciativa establecida por su predecesor, el Papa Juan Pablo II, cuando hace 14 años visitó la isla.
“Hoy es un tiempo en el cual la ideología marxista, como fue concebida, no responde ya a la realidad y si no se puede construir un tipo de sociedad es necesario encontrar nuevos modelos, con paciencia y en modo constructivo”, estableció.
“Es en este proceso, que exige paciencia pero también decisión, queremos ayudar en un espíritu de diálogo, para evitar traumas y para contribuir a ir hacia una sociedad justa como la deseamos para todo el mundo”, argumentó.
Aclaró que la Iglesia católica no es un poder político, no es un partido, sino una realidad moral, una autoridad moral.
Su tarea es educar en la conciencia y así crear la responsabilidad necesaria, educar las conciencias sea en la esfera individual sea en la esfera pública, sostuvo.
Advirtió la importancia de esta formación no sólo en América Latina, sino también en otros lados, donde no pocos católicos viven una “esquizofrenia entre moral individual y pública”.
“En la esfera individual son católicos creyentes, pero en la vida pública siguen otros caminos que no responden a los grandes valores del evangelio, necesarios para la fundación de una sociedad justa”, constató.