Apenas entran a la cafetería, los trabajadores observan la barra de ensaladas, estratégicamente ubicada en la entrada. Los estudios revelan que las personas tienden a llenar sus platos con lo primero que ven, por eso la empresa se asegura de que las hojas verdes sean muy visibles y que los postres casi no se vean.
El tamaño de los platos es otro de los trucos que utiliza la empresa, ya que apenas toman uno ven un cartel que les advierte que las personas con platos más grandes tienden a comer más y que ello afecta el comportamiento de quienes comen. Esta medida incrementó el uso de platos pequeños en un 32 por ciento.
Otro punto importante es el color de las etiquetas de los alimentos. Las verdes corresponden a las verduras y las rojas a los postres, para que los empleados estén atentos a lo que consumen. Además, para evitar el consumo de éstos, los suministran de modo pequeño.
En las oficinas de Nueva York, ya no hay máquinas dispensadoras de dulces y, conforme los resultados que Google midió desde que éstas se quitaron, sus empleados perdieron el 9% del consumo de calorías en sólo una semana.
Respecto a las bebidas, las botellas de agua se colocaron a la altura de la vista y los refrescos en un lugar menos accesible para desalentar su consumo.