En un análisis del nombramiento del papa Francisco I, el politólogo de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Manuel Díaz Cid, aseguró que el sacerdote argentino es un personaje sencillo, de precisión, de esperanza y alegría, “es un hombre de una actitud abierta y con criterios audaces”, lo que le permite tener las herramientas para enfrentar las consecuencias del neoliberalismo, por eso aseguró que no es la imagen del príncipe de la iglesia, más bien, es un hombre cordial y sereno.

El nuevo papa, agregó el investigador de esa casa de estudios, tiene un acercamiento con los sectores más desprotegidos y en su vida dentro del catolicismo, siempre predicó con el ejemplo, “tomó el nombre de Francisco, por Francisco de Asís, convencido de que la iglesia debe retomar la visión de vivir con los pobres”.

El papa Bergoglio, agregó Díaz Cid, marcará una época y una realidad que la iglesia necesita, por eso destacó la postura de Francisco I, quien afirmó que la iglesia no es una piedra que no es capaz de evolucionar, más bien, tiene la visión de que la iglesia cambia, se modifica, piensa, actúa, la idea de la iglesia dinámica, “es ir a los fieles y rechaza los falsos clericalismos”.

Díaz Cid destacó la propuesta de Francisco I de llamar a los sacerdotes a no esperar en los templos, porque la acción de la iglesia es salir y acercarse a los que tienen más problemas, a los más necesitados, por eso, dijo que el nuevo papa, apuesta por la reconstrucción de la iglesia y quitar los obstáculos que hacen que los fieles se encuentren incómodos.

Ante eso, el analista político de la UPAEP reveló que en el pontificado de Francisco I, se definirán políticas importantes para la iglesia y se retomarán temas como la pederastia y el tiempo de retiro de los encargados de dirigir la iglesia católica, por eso concluyó que desde su perspectiva, vienen reformas de fondo en la iglesia mundial.