Siguiendo el ejemplo de los vecinos de Cacalotepec, habitantes de Amalucan y Bosques “estallaron” en contra de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA), cerrando la vialidad más importante de la zona.
Los mismos tuvieron que ser retirados amedrentados por la fuerza pública, después de siete horas de mantener cerrada la avenida Xonacatepec.
La queja es la misma: robo en las tarjetas de prepago, desaparición de rutas necesarias para miles de personas y desempleo en cientos de choferes.
Hace poco más de un año, el 14 de marzo de 2012, Intolerancia Diario, advirtió a ocho columnas: “Metrobús, una bomba de tiempo para Puebla”.
En ese entonces, especialistas y organismos no gubernamentales, así como un estudio de Seguridad Pública Municipal de Puebla, advertían que no sólo generaría caos vehicular por su construcción, sino también cuando empezará a circular, debido a una mala planeación.
Ahora, también vecinos de colonias como Maravillas se están organizando para que no desaparezca la ruta 36 y otras de la zona.
Mientras tanto, vecinos de Bosques, Amalucan y Cacalotepec mantienen retenidas unidades alimentadoras del metrobús hasta que no haya el compromiso de que sus rutas seguirán circulando y que acabarán los robos de las tarjetas.
Por la fuerza
Desde las 10 horas, más de 100 vecinos de las colonias de Amalucan y choferes de la ruta 32A cerraron la avenida Xonacatepec, principal en la zona, causando gran conflicto vial.
Hasta cerca de las 17 horas llegaron más de cien granaderos de la Policía Estatal Preventiva (PEP), armados con su equipo antimotines, como escudos, toletes y cascos, para quitar a los manifestantes por la fuerza.
Sólo cuando los “granaderos” empezaron a marchar contra los manifestantes, fue cuando accedieron a dialogar con Alejandro Magaña, director de Grupos Especiales de la PEP.
“Sigue abierto el diálogo, la propuesta es que vayan a la Secretaría de Transportes a continuar el diálogo, pueden irse ahorita (…), pero abran la vialidad, nosotros somos quienes menos queremos la violencia, todo lo contrario.
”Abran la vialidad por favor, por favor abran la vía en este momento si son tan amables”, dijo finalmente en tono amenazante, mientras a sus espaldas marchaban los “granaderos” contra los inconformes.
Ante esta situación, tras platicar unos pocos minutos, los manifestantes accedieron abrir la vialidad, con la promesa de iniciar una mesa de negociaciones en oficinas de la Secretaría de Transportes.
Posteriormente, los vecinos de la zona advirtieron que no contaban con las llaves de las unidades alimentadoras que bloqueaban la calle, por lo que se utilizó una grúa de la PEPA, la cual al quitar un microbús, lo dañó al golpearlo contra grandes piedras.
La espera
Cabe decir que hasta después del mediodía acudieron representantes de la ST y General de Gobierno (SSG) a tratar de convencer a los ciudadanos de retirarse, pero todo fue en vano, ya que el enojo era enorme.
El jefe del Departamento Operativo y de Supervisión, Jesús Martínez Paz, trató de convencer infructuosamente a los quejosos de entablar una mesa de diálogo, pero fue rechazado ante la amenaza de usar la fuerza pública para retirarlos por la fuerza.
“Estamos incurriendo en delitos”, dijo el funcionario al señalarles que tienen derecho a la manifestación, pero no perjudicando a terceros.
“Con todo el respeto que se merece, hubo un tiempo necesario para haber llegado a los acuerdos, nosotros como colonos necesitamos la ruta 32A, porque nos da un buen servicio, ahorita nos quieren meter otra ruta que no satisface nuestras necesidades”, dijo un vecino.
En respuesta, Martínez Paz culpó a los concesionarios de dicha ruta por haber aceptado la desaparición, “ellos son socios de todo esto, por eso les pido que se sienten en una mesa de diálogo y que les den el empleo a los choferes”.
“Nosotros lo que queremos es la ruta 32A, no ocupamos la otra ruta (alimentadora), tendríamos que tomar dos, la ruta 50 para llegar a la siguiente ruta, ¿cuánto vamos a gastar?, esta ruta que quitaron nos beneficia”, señaló una señora de la tercera edad.
Ya en entrevista, los colonos acusaron de las irregularidades que han tenido con el Sistema RUTA, el cual —aseguran— les ha perjudicado, sobre todo a su economía, de por sí con problemas.
“Uno vive al día, no tenemos dinero para estar recargando a cada rato, a veces y apenas tengo seis pesos, no voy a estar recargando todos los días, somos gente humilde”, dijo una joven madre de familia.
“Tampoco salen temprano, se meten temprano, acaban su recorrido nueve y media de la noche, en cambio la 32A la primera salía al cuarto para las cinco de la mañana, somos usuarios y necesitamos el servicio”, comentó otra madre de familia.
“En el metrobús le cobran 7.50 pesos, si usted llega a la terminal de Bosques otra vez le marca saldo insuficiente, aunque le haya puesto más dinero, además, si pierdes la tarjeta tienes que comprar otra re’ cara a 12.50, ¡no tenemos dinero!, que entienda el gobernador”, añadió.
“Una vez fui a meter dinero y ni siquiera tenían cambio para meterle a la tarjeta, querían que le metiera mi billete completo. Yo no voy a meterle 500 pesos, y creo que nadie lo hará”, señaló otra madre de familia.
Dobla las manos la ST
Caso contrario ocurrió en las oficinas de la ST, donde se entabló una mesa de negociaciones con vecinos de Cacalotepec, quienes en la víspera también cerraron la carretera federal a Atlixco, ya que las autoridades estatales “doblaron las manos”.
Luego de varias horas de diálogo, las autoridades estatales y los habitantes de dicha comunidad acordaron rediseñar el recorrido de la ruta alimentadora que brinda el servicio a esa junta auxiliar de San Andrés Cholula.
El subsecretario de Transportes, Carlos Manuel Zurita, informó que dejarán que aproximadamente 25 unidades de la desaparecida ruta Lusac presten el servicio en tanto se adapta la alimentadora a las necesidades de los pasajeros.
De igual forma, ante la denuncia de cobros excesivos mediante las tarjetas de prepago, la dependencia instruyó a la empresa ATT revisar el sistema y si se encuentran fallas deberán rembolsar el dinero a los usuarios.
Sobre el manejo de bultos, Zurita dijo que no hay ninguna restricción para que puedan subirlos a las unidades, “siempre que el volumen no requiera un transporte especial”.
En torno al bloqueo realizado por transportistas de las rutas 32 y 32A, el funcionario comentó que quienes protestaron no son concesionarios, sino choferes y personas que rentaban los permisos para circular, que no tienen motivo para quejarse y por tanto —aseguró— no hay nada que negociar con ellos.
Finalmente, comentó que la ST no cuenta con elementos que hagan suponer que detrás de las inconformidades existan motivos políticos.
El apunte
Hace más de un año, Intolerancia Diario reveló un estudio de la SSPTM que hace señalamientos y advertencias de varios puntos que tendrán conflictos una vez que circule el metrobús, el que daba recomendaciones a las autoridades estatales.
“Falta de un Proyecto Ejecutivo conciliado con los diferentes actores de la movilidad urbana municipal que permita identificar la problemática y brindar las mejores soluciones”, señala parte del estudio.