El catedrático investigador de la escuela de Ingeniería Ambiental de esa casa de estudios aseguró que los estragos de las últimas emanaciones del volcán Popocatépetl se tendrán por lo menos los próximos 15 días, y esa situación es grave porque la arena arrojada es muy fina y en el futuro cercano eso daña de manera creciente el organismo de las personas.
En rueda de prensa, el investigador de esa casa de estudios poblana reveló que la actividad volcánica y la expulsión de ceniza que presentó el volcán durante los últimos días de la semana pasada y que obligaron a las autoridades de protección civil a elevar la alerta volcánica son equivalentes a la mitad de lo que expulsó el Popocatépetl en 1994; además, recordó que hace casi dos décadas los tremores armónicos y las emanaciones fueron mayores.
En su explicación, Flores Quijano recordó que el área afectada por la ceniza del volcán fue mucho menor que en otros momentos de alarma por erupciones, porque el cálculo que se tiene es que no fueron más de dos mil toneladas de material volcánico que expulsó el Popocatépetl, a diferencia de las más de cuatro mil toneladas que se calcularon en el año 1994.
Y aunque dijo que en la actualidad es complicado predecir el peor de los escenarios, consideró importante mencionar que el volcán Popocatépetl no presenta actividad alarmante desde que reactivó sus erupciones. “Si se recuerda, en diciembre de 1994 tuvimos una emisión de ceniza similar a la presentada hace unos días, pero creo que fue más intensa en aquella ocasión, porque se calculó más de cuatro mil toneladas de partículas, y en esta ocasión fueron cerca de dos mil toneladas”, es decir, la mitad de lo registrado hace casi 20 años.
La gran diferencia de 1994 y la actualidad, dijo el ambientalista de la UPAEP, es que en aquel año las emisiones volcánicas estaban compuestas por ceniza y gravilla, mientras que las emisiones de la semana pasada solamente fueron de ceniza.