Durante la conferencia de prensa, el obispo dio a conocer que el próximo miércoles se celebra el Día Internacional del Migrante e indicó que esta fecha debe servir para que la gente reflexione en torno a lo que viven estas personas que tienen que abandonar su lugar de origen, familias buscando mejorar las condiciones de vida.
Recordó que en el caso de Puebla se encuentra la Pastoral del Migrante, a cargo del sacerdote Gustavo Rodríguez, además de una casa donde se les da hospedaje por una noche, alimentos, además del auxilio espiritual para que sigan su camino.
Dijo que el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa dio instrucciones para que los sacerdotes que atienden los templos que se encuentran cercanos a las vías del ferrocarril den atención a los migrantes, principalmente de origen centroamericano.
Comentó que el padre Gustavo Rodríguez ha salido “a tocar puertas” para conseguir ayuda para la gente que pide refugio por una noche pero, sobre todo, se les aclara que cuentan con la protección de la Iglesia.
Cuestionado sobre algún problema con las autoridades, aclaró que se ha trabajado de manera respetuosa, ya que la gente sólo va en tránsito y no se va a quedar en Puebla.
Felipe Pozos pidió que se entienda que millones de mexicanos se encuentran en calidad de migrantes en los Estados Unidos, y se ha demandado que se respeten sus derechos humanos.
El ministro comentó que en su mensaje a los migrantes y refugiados, el papa Francisco les reconoce que, a pesar de los problemas, los riesgos y las dificultades que deben afrontar, lo que los anima es el deseo de un mundo mejor no sólo para ellos, sino para sus familias.
Insistió en que la arquidiócesis de Puebla manifiesta que el Día Internacional del Migrante ayude a avanzar en la comprensión, respeto, promoción y defensa de la vida y derechos de toda persona, de tal manera que autoridades y ciudadanos contribuyan a crear tales condiciones de vida para que nadie se vea obligado a emigrar, y aquellos que han necesitado hacerlo encuentren condiciones de seguridad en su tránsito y acogida en el lugar de destino, como corresponde a su dignidad humana.