"Verdaderos viacrucis están pasando decenas de personas con síntomas graves de Covid-19 en la búsqueda de un hospital, no sólo por la saturación, sino también por los altos costos.
El activista Hilario Gallegos Gómez, así como José Guillermo Contreras Caleco, son dos casos de personas que murieron en la búsqueda de un nosocomio para ser atendidos.
En tanto, Eduardo, sí tuvo la suerte de ser atendido de último momento, lo que le salvó la vida, pero antes vivió el viacrucis de no encontrar lugar en diversos hospitales.
Son sólo tres de decenas de casos que se están registrando en la ciudad de Puebla, el punto rojo de contagios del coronavirus SARS-CoV-2 que produce la enfermedad Covid-19.
Para quien deba hospitalizarse en una institución privada que atienda Covid-19, tendrá que dejar a cuenta entre 100 y 200 mil pesos y después diariamente se tienen que depositar 100 mil pesos diarios, si se llega a terapia intensiva la cifra se multiplica.
Esta es una de las causas que los hospitales públicos están a tope en la zona conurbada de Puebla.
Lucrando en la desgracia
El pasado sábado 23 de enero, al mediodía, llegó al Hospital Angelopolitano ubicado en la privada 9 "C" Sur número 4108, Juan Guillermo Contreras Caleco, quien presentó una fuerte por neumonía.
Llegó acompañado de su hija Anel en la ambulancia SUMA número 42, durante el recorrido de su casa al hospital, llevaba oxigeno ya que tenía dificultad para respirar.
Aunque los paramédicos llegaron pidiendo oxígeno, la recepcionista -antes que nada- pidió un depósito de cien mil pesos, aunque le insistieron que se le aplicara un tanque, porque de lo contrario entraría en paro respiratorio.
Al llegar su hija Rosario con 90 mil pesos, los paramédicos seguían insistiendo que el paciente necesitaba el oxígeno, pero nadie respondía.
En tanto, en el servicio de tomografías del nosocomio, también le pidieron 2 mil 500 pesos más para realizarle el estudio TAC de tórax, para finalmente aplicarle el oxígeno.
La médica que lo debería haber atendido una vez ingresado era Martha Sánchez, pero no estaba, por lo que solicitaron la presencia del doctor en turno.
Pasaron alrededor de cinco minutos desde que ingresaron a Juan Guillermo, cuando su hija Rosario recibió la llamada de la doctora Martha diciéndole que necesitaban intubarlo, ya que tenía 25 de saturación de oxigeno, cuando lo normal es arriba de 90.
Le mencionó que aún con la intubación el paciente no tenía esperanza de vida, pero en el hospital lo mantendrían con oxígeno hasta que su corazón dejara de latir. Finalmente los familiares decidieron que no se intubara.
Al informarles que el costo del hospital sería de 40 mil pesos de depósito más 25 mil pesos de honorarios médicos diarios, se decidió retirarlo.
El tiempo en el hospital del paciente fue de alrededor 2 horas 15 minutos, pero el cobro ascendió a 58 mil 412 pesos, los que restaron de los 90 mil pesos que ya habían depositado a cuenta.
Posteriormente les informaron que faltaba aún pagar los honorarios médicos de la doctora Martha Sánchez de 25 mil pesos, más 2 mil 500 de la tomografía. En total se pagó 85 mil 912 pesos por el tiempo de estadía del paciente.
El andar mortal
Hilario Gallegos, falleció apenas rebasando los 40 años de edad la semana pasada en la búsqueda de un hospital, tras sufrir una fuerte neumonía presuntamente producto de Covid-19.
La muerte finalmente la encontró a bordo de una ambulancia, luego de deambular por horas junto con su familia durante la madrugada del miércoles 20 de enero.
El conocido luchador social poblano, estaba siendo atendido en la Clínica Juan Pablo II, ubicada en la avenida con el mismo nombre y 16 de Septiembre, donde le hicieron la primera prueba rápida que salió positiva.
De este modo, fue el primer rechazo que sufrió la fatídica noche, al no contar el lugar con terapia intensiva.
Marbel Gallegos, hermana del finado, relató que de urgencia fueron a distintos hospitales particulares y públicos, pero siempre era rechazado, al estar en muy mal estado.
“Lo veían y nos decían que no lo podían atender”, hasta que hizo una llamada al hospital La Paz, donde le pidieron un depósito de 50 mil pesos, pero le condicionaron si era enfermo de Covid, lo rechazarían.
Fue así como lo reanimaron y lograron establecerlo, mientras le hicieron los estudios, que dieron como positivo con neumonía.
“En los momentos más difíciles, la madrugada del miércoles, nos cerraron las puertas en el Hospital del Sur y del Norte, es muy triste ver que desgraciadamente están saturados, no hay lugares para quien llega delicado”, relató Marbel
“Se le habló a amigos que él supuestamente tenía, nunca contestaron, llegamos al Hospital del sur, buscábamos y nos no había lugar, fue una pérdida de tiempo”, explicó.
“Me causa tristeza, dolor, el haber visto que mi hermano, esos amigos que decía tener, no eran amigos. Sólo bastaba una llamada para un lugar”.
“Hay que seguirse cuidando, yo lo viví en carne propia, no hay lugares, es muy triste ver a tanta gente que llega, no solo no hay lugar, no hay doctores ni enfermeras, no hay servicio médico que atienda”.
El activista en el mes de agosto ya había tenido la enfermedad y al contraerla nuevamente se realizó una prueba PCR, la que les fue entregada después de fallecido, la que dio negativo.
Costos prohibitivos
Miguel enfermó de Covid-19 junto con su esposa e hijos adolescentes, en los primeros días de diciembre, por lo que hicieron los protocolos de aislarse para evitar contagiar a más gente.
El pasar los días, la enfermedad empezó a avanzar, al grado que la saturación de oxigeno bajó gravemente en Miguel, quien rebasa los 45 años de edad, mientras su familia sólo presentaron síntomas leves.
Al ser revisado por una médica, recomendó que fuera hospitalizado inmediatamente, por lo que junto con familiares empezaron a buscar un hospital privado.
La cónyuge al ser trabajadora de estado, cuenta con el servicio médico del ISSSTEP, sin embargo, preferían en ese momento ir a un privado, ya que temían no saliera bien.
Al hacer diversas llamadas, se dieron cuenta de la cruda realidad económica y altos costos, imposibles de pagar para una familia de clase media.
En el Hospital Puebla, por ejemplo, les dijeron que lo recibirían sólo si hacía un depósito de 200 mil pesos y posteriormente pagar 100 mil pesos diarios.
La esposa estuvo a punto de decir que si, dispuesta incluso a vender coche y casa. Finalmente familiares recomendaron que fuera al ISSSTEP, donde lo atenderían bien.
Fue así como Miguel estuvo una semana internado, para que finalmente lo dieran de alta, sin mayor problema, sin pagar un solo peso, más que lo de su seguro.