En las arterias principales del Centro Histórico de Puebla, en la calle 5 de Mayo, Juan García Hernández tiene más de una década dedicándose a limpiar y lustrar el calzado de la gente que transita por la zona.
Aunque no tiene un horario fijo, se le puede encontrar regularmente entre las 9 y 14 horas, sin importar las inclemencias del tiempo como las bajas temperaturas que actualmente se registran en la capital poblana.
Actualmente, en la calle 5 de Mayo se pueden encontrar hasta una docena de boleros, cuyas tarifas varían de los 20 a los 30 pesos.
Entrevistado para Intolerancia Diario, el ciudadano relató parte de su experiencia en el oficio de bolero, que, según sus propias palabras, lo aprendió de manera autodidacta hace 12 años, fijándose en lo que hacían colegas suyos.
"Aunque sea dos boleaditas por día me llevo", señaló al ser cuestionado sobre el número de zapatos que suele lustrar en una jornada de trabajo.
García Hernández también mencionó que no tiene una cantidad fija de calzados por día, ya que la cifra puede variar entre 2, 6, 8 y hasta 11 pares.
Acerca de la tarifa, señaló que hace 12 años cobraba de 8 a 10 pesos, pero ahora su tarifa va de los 25 a los 30 pesos, lo que significa que, en más de una década, su servicio se ha elevado hasta el 200 por ciento.
Sin embargo, el ciudadano precisó que hay boleros que cobran más barato su esfuerzo, pero dejan mal lustrados los zapatos de los transeúntes.
"Hay muchas personas que cobran hasta 15 pesos, pero desgraciadamente no los bolean bien, le echan su crema y grasa y vámonos, pero acá, ya estoy establecido, porque me gusta trabajar bien y eso le gusta a mi clientela", apuntó.
Por otra parte, indicó que los materiales indispensables que debe tener un bolero son cepillos, jabonadura, crema, grasa y tinta; esta última solo se aplica si el cliente la solicita.
Explicó que cada quincena renueva la materia prima para su chamba, invirtiendo en ella un monto aproximado de 250 pesos.
Respecto a si existe un calzado difícil de lustrar, comentó que el que está hecho de gamuza, debido a que tiene una suela complicada de limpiar.
"De ahí en fuera, el café, el color miel, el negro, ya es normal", dijo.
El bolero de la calle 5 de Mayo también reveló el tiempo estimado que suele ocupar para hacer brillar un par de zapatos, el cual va de los 8 a los 10 minutos.
En otro orden de ideas, señaló que muchos de sus clientes intercambian pláticas con él, generalmente, sobre sus trabajos o vida cotidiana. Sin embargo, expresó que hay gente muy vanidosa que hace uso de su servicio y le habla de temas políticos.
García Hernández también compartió que, junto con su esposa, tiene otra fuente de ingresos, consistente en comerciar diversos artículos, pero en otros municipios tales como Amozoc.
Por último, estuvo de acuerdo en que el oficio de bolero se preserva en el primer cuadro de la ciudad, a pesar de que el actual Ayuntamiento de Puebla redujo el número de personas dedicado a ese oficio.
Así, indicó que antes había aproximadamente 25 colegas suyos, algunos de los cuales trabajaban en el Zócalo y la zona de Los Portales, pero hoy en día solo hay una docena de lustradores de calzado, localizados en la calle 5 de Mayo, de la Avenida Reforma a la 8 Poniente.