Para la edición XXXII de la procesión de Viernes Santo en la Ciudad de Puebla, serán 7 imágenes que procesionarán este 29 de marzo y son las que los poblanos tienen mayor fe para pedir por la salud de familiares y curar algunos males físicos de los devotos.
Esas imágenes son, la Virgen de la Soledad; la Virgen de los Dolores, el Señor de las Maravillas, Jesús Nazareno, el Señor de las Tres Caídas, Jesús de la Misericordia y el Santo Niño Doctor de Tepeaca, además del Cristo de la Expiración del templo de El Carmen que permanece en la puerta del Perdón de la catedral metropolitana.
La Virgen Dolorosa del Carmen. Obra quizá del siglo XVIII, atribuida a José Villegas Cora, muestra la calidad de los imagineros poblanos de esa época, como las facciones y expresiones adecuadas y se encuentra en la capilla de Santa Teresa del Templo del Carmen.
Nuestra Señora de la Soledad, es de factura sevillana de finales del siglo XVII y desde su arribo a Puebla despertó gran devoción al grado de que dio origen a su magnífico templo y al convento anexo de religiosas Carmelitas descalzas.
Jesús de las Tres Caídas que se venera en el templo de Analco y la leyenda afirma que cuando estaba siendo tallada, el escultor no permitía ninguna presencia, salvo un ciego y ya cuando estaba concluida el ciego le pidió al maestro tocar el rostro de la imagen, recuperando la vista de inmediato y por eso, el milagro la hizo de una gran popularidad y devoción.
Jesús Nazareno de San José es una imagen de finales del siglo XVI, su escultor Lorenzo Rodríguez fue aprehendido por la inquisición, logrando que su imagen fuera al templo de San Pedro, donde empezó su veneración. Las autoridades decidieron trasladarlo a la parroquia de San José, donde dio lugar a la Cofradía de Nazarenos, que es la más antigua de la ciudad y la devoción dio lugar a la construcción de una suntuosa capilla y a un culto que perdura hasta nuestros días.
El Señor de las Maravillas, es hoy quizá, la imagen más venerada de la ciudad, las religiosas agustinas de Santa Mónica la ganaron en una rifa y una novicia descubrió que, durante la noche, la imagen era azotada por dos soldados romanos y el suceso causó conmoción y dio lugar a la gran veneración, su nombre proviene de las maravillas que su devoción ha logrado.
El Santo Niño Doctor de Tepeaca que desde 1942 llegó para quedarse y desde entonces, los tepeaquenses y peregrinos de todo el orbe le rinden tributo a su imagen, “hemos vivido el festejo número 60 del Día del Niño que desde 1961 festejan los tepeaquenses en honor al Niño Doctor y al tepeaquense más conocido en el mundo”.
El Señor Jesús de la Misericordia que, al anochecer del 22 de febrero de 1931, estando en su celda, santa Faustina vio a Jesús vestido con una túnica blanca. “tenía una mano levantada para bendecir y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho”.
De la abertura de la túnica en el pecho, salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido, “Jesús me dijo: pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: Jesús, en ti confío, deseo que esta imagen sea venerada en el mundo entero, prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá, también prometo, ya aquí en la tierra, la victoria y, sobre todo, a la hora de la muerte y a través de esta imagen concederé muchas gracias”.
La imagen de la Divina Misericordia con la firma “Jesús, en ti confío” nos recuerda el amor misericordioso del Padre que se manifiesta plenamente en Jesucristo, quien, mostrándonos las heridas de los clavos en sus pies y en sus manos, prueba de su amor infinito e incondicional por nosotros, nos demuestra que podemos confiar en él.
El Señor de la Misericordia nos recuerda que el amor es más poderoso que el pecado, el mal y la muerte y de su corazón brotan como dones del Espíritu Santo dos rayos, el rayo pálido que simboliza el agua que justifica a las almas y el rayo rojo que simboliza la sangre que es la vida de las almas.
La imagen del Cristo de la Expiración que encabeza la procesión de viernes santo representa a Jesús en el momento de su muerte y es representado en una escultura del siglo XVII que, es famosa por ser de tamaño natural y que tiene dientes y costillas humanas y es una obra elaborada durante del virreinato.