El actor mexicano Pedro Infante (1917-1957) no sólo conquistó a los mexicanos con su carisma y personalidad, también era un hombre que tenía una gran pasión por la comida mexicana, reveló Lupita Infante, hija del "Ídolo de Guamúchil".
En entrevista con Notimex, previo a las actividades para recordar al también cantante fallecido en un accidente de aviación, el 15 de abril de 1957, dijo que su padre disfrutaba cada uno de los platillos que le preparaba su mamá, la bailarina y actriz Lupita Torrentera, con quien vivió una relación de seis años y procreó tres hijos.
"Uno de los mayores placeres de mi papá era la comida, era muy antojadizo, a cada momento. Entre las cosas que no podían faltar en la mesa era la salsa de molcajete, que en ocasiones él mismo preparaba.
"Tampoco debían faltar las tortillas, sobre todo hechas a mano y comerlas recién salidas del comal", señaló Lupita Infante, la menor de los hijos del matrimonio Infante-Torrentera.
Al sinaloense le gustaban desde los platillos más sencillos como un plato de frijoles de la olla, hasta los más elaborados y exquisitos, y tenía algunas fijaciones, por ejemplo, le gustaba que los guisos fueran condimentados con cebolla, pero no soportaba encontrar un trozo de este vegetal en su plato.
Otro de sus platillos favoritos eran las verdolagas con carne de cerdo en salsa verde, un platillo que le cocinaba Cuquita, su mamá, o el mole de olla que aprendió a preparar Lupita Torrentera, aunque cuando se fue a vivir con el actor, ella tenía sólo 14 años de edad.
"Mi papá era un hombre muy tragón, pero también muy disciplinado, todos los días se levantaba a hacer ejercicio a las cinco de la mañana, por eso conservaba ese cuerpo tan fuerte", señaló Lupita Infante.
Entre los postres preferidos del protagonista de películas como "Pepe El Toro" y "Los tres huastecos" se encontraban "Las juanitas", preparadas a base de plátano macho con natilla de vainilla, además de las fresas con crema o el famoso "Pedro Chávez especial".
De acuerdo con Lupita Infante, quienes conocieron a Pedro lo recuerdan como un hombre generoso, más a la hora de comer, porque le gustaba invitar a todos a su mesa y compartir los alimentos.
"Hay muchas anécdotas muy divertidas, una vez mi mamá preparó una gran cazuela de comida, mi papá entraba y salía de la cocina y a la hora de comer ya no había nada, ya se lo había acabado todo", contó Lupita.
Antes de hacer su rutina de ejercicio, todos los días se tomaba una botella de suero glucosado, "mi papá era un hombre muy disciplinado, pero también un tragón", concluyó.
Por: Nancy Mora Nieto (Notimex)