El tenor Plácido Domingo (Madrid, 1941) se comprometió gustoso a ofrecer a la brevedad posible un concierto para todos los habitantes de Tlatelolco, luego de que este viernes dirigió un concierto-homenaje dedicado a las víctimas y rescatistas de los dos sismos de 1985.
Al bajar del escenario rodeado de músicos, funcionarios y su equipo de colaboradores, Plácido Domingo dijo a Notimex que, efectivamente, espera volver muy pronto a México “para cantar al pueblo de este país que amo y me ama”, y subrayó que sólo es cuestión de tiempo, de agenda y muchos compromisos en su calidad de productor.
Recordó que a raíz de la catástrofe, sufrió una pérdida familiar “y eso me hizo participar activamente en las brigadas de rescate, y ahora, propuse para esta conmemoración una participación como director, una de las vertientes más importantes en este momento de mi carrera”. Dirigió alegre, aunque la sombra del triste recuerdo estuvo presente en sus ojos.
Tras el recital en el que tuvo como invitados a María Katzarava (soprano), Grace Echauri (mezzosoprano), Dante Alcalá (tenor), y Rosendo Flores (bajo) y al Coro Enharmonia Vocalis dirigido por Fernando Menéndez, el público asistente que soportó frio y lluvia, pidió a gritos: “¡Que cante! ¡Qué cante!”.
Aunque ese concierto, confeccionado con “Réquiem”, “Diesi rae” y “Libera me”, de la “Misa de Réquiem”, de Giuseppe Verdi resultó estremecedor y sensible porque el autor, nacido en Le Roncole, Italia en 1813 y muerto en Milán, Italia en 1901, heredó para la posteridad una estela musical grandiosa, el público presente demandó la voz de su ídolo.
Plácido Domingo se justificó: “Agradezco el cariño, pero anoche canté y dirigí al mismo tiempo en Los Ángeles y, casi sin dormir, viajé a la Ciudad de México para poder estar con ustedes en este momento. No estoy en condiciones, pero prometo que pronto vendré y espero que no sea para cantar un réquiem, sino algunas canciones alegres”. Ovaciones.
El público que celebró la actitud, disposición y bondad del cantante no vio frustrados del todo sus deseos de escuchar la portentosa voz del también productor, promotor cultural y director de orquesta. Alguien de la producción le acercó un sombrero de charro que él se colocó con estilo en la cabeza y comenzó a cantar “Cielito lindo” junto con la gente.
Antes de ese momento que quedó eternizado por centenares de cámaras fotográficas, las 3500 sillas que los organizadores (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Secretaría de Cultura del Distrito Federal y el mismo tenor) colocaron en la Plaza de las Tres Culturas se ocuparon en su totalidad.
El concierto, programado para las 18:00 horas, casi fue puntual. La necia lluvia que caía de manera intermitentemente no cesaba ni dejaba salir a los músicos y cantantes. Apenas unos minutos pasadas las seis de la tarde, el aguacero cedió. Lo cierto, es que al terminar el concierto, ya para oscurecer, el cielo estaba claro y brillante.
Así lo había vaticinado ahí mismo, poco más de una hora antes, la escritora mexicana Elena Poniatowska (París, Francia, 19 de mayo de 1932): “La lluvia purifica… esta plaza es sagrada, y con el réquiem de Verdi rendimos el mejor de los homenajes a las víctimas y rescatistas del terremoto de 1985 en esta ciudad. ¡Felicito a México por lo que es!”.
El concierto en el que Plácido Domingo fue director huésped de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) contó también con la participación de José Arean, quien es el director artístico de esa agrupación y quien abrió el concierto con la primera de las tres selecciones de la obra de Verdi para dar pasó a Domingo para dirigir el resto del recital.
Para reconocer el espíritu solidario que unió a los distintos actores y grupos sociales tras el colapso sufrido por la capital durante el terremoto de 1985, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México organizaron una diversa oferta cultural en memoria de las víctimas y en agradecimiento a los rescatistas.
El concierto fue una de las actividades que se realizan en homenaje a las víctimas y a los rescatistas del sismo que alcanzó los 8.1 grados en la escala Richter, las cuales incluyen más recitales, exposiciones, coloquios y ofrendas, del 10 de septiembre al 21 de noviembre en varias sedes de esta ciudad capital.