El gobierno de Grecia presentó hoy de manera oficial ante el Parlamento su “riguroso” presupuesto fiscal para 2012, que prevé reducir su déficit presupuestal en 6.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y el recorte de 30 mil burócratas.
En momentos en que los ministros de Finanzas de la zona euro se reúnen en Luxemburgo para conocer el reporte de sus inspectores para definir si Grecia debe recibir la nueva partida del rescate acordado en 2010, el gobierno entregó su anteproyecto fiscal para su aprobación.
La primera versión presupuestaria fue probada anoche por el gabinete del gobierno del primer ministro Yorgos Papandreu después de una larga reunión y la creciente preocupación de que Grecia está al borde de un colapso financiero.
En su anteproyecto, el gobierno reconoce que será imposible cumplir la meta de 6.5 por ciento de déficit acordada con sus acreedores de la llamada “Troika”, integrada por la euro zona, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco central Europeo (BCE).
El documento que prevé una reducción de los ingresos fiscales en 2.8 por ciento, por lo que estima que el déficit será 8.5 por ciento del PIB, por arriba de 7.8 anteriormente previsto, según un reporte de la edición electrónica del diario Greek Reporter.
El proyecto menciona explícitamente el riesgo de una mayor divergencia de 1.100 millones de euros (0.5 por ciento del PIB) para fines de este año si el pueblo griego no responde a las nuevas medidas aplicadas.
El ministerio griego de Finanzas también espera que la economía se contraiga un 2.5 por ciento el año próximo, después de la reducción de 5.5 por ciento en 2011, debido al debilitamiento de sus perspectivas económicas y sus problemas financieros.
Ante esta panorámica, el gobierno prevé la recesión de la economía alcance el 5.5% del PIB, en vez del 3.8 por ciento previsto con anterioridad.
Para logra sus metas, las autoridades aprobaron un recorte de 30 mil trabajadores del sector público, a los que se le propondrá una jubilación anticipada y el pago de una fracción menor al pago real de sus salario por uno o dos años.
Con estas acciones el gobierno griego busca cumplir con las condiciones establecidas por los país de la zona euro y el FMI para acceder a la nueva partida del rescate de 150 mil millones de dólares aprobado en mayo de año pasado, la cual evitaría su bancarota.
Ante los crecientes problemas financieros de la economía griega, el gobierno de Eslovaquia pidió a los países de la zona euro un “plan b” en caso de que la situación en el país heleno se vuelva insostenible y que su quiebra sea inevitable.
“Estamos a la espera del informes del FMI y de la Unión Europea, que deberían servir de base para evaluar con claridad si la actual posición de Grecia es sostenible o la suspensión de pagos es inevitables y necesita de un nuevo programa de estabilización", dijo.
El ministro de Economía de Eslovaquia, Ivan Miklos, dijo en declaraciones al diario checo Lidove Noviny, difundidas este lunes que se debe examinar con objetividad la situación de Grecia y estar preparados para todo.
"Estamos a la espera de los resultados de los informes del FMI y la Unión Europea, que deberían servir de base para evaluar con claridad si la actual posición de Grecia es sostenible o la suspensión de pagos es inevitable y necesita un nuevo programa de apoyo", dijo.
En el caso, agregó, de que lleguemos a la conclusión de que la situación en Atenas no es sostenible, “tenemos que examinar cómo estamos preparados ante una bancarrota coordinada así como nuestros planes para evitar un futuro contagio”, apuntó Miklos.