Padres de familia acusaron a la empresa Cinia de explotar a las personas discapacitadas que ahí laboran, tras asegurar que se les ha incumplido con pagos de horas extra, además de pagar con sueldos muy bajos.

Un trabajador con capacidad diferente llega a ganar hasta 380 pesos semanales, pese a que los horarios de trabajo llegan a ser de hasta más de 12 horas diarias, de lunes a sábado.

Así lo señalaron padres de familia a Intolerancia Diario, quienes han sacado a sus hijos de trabajar de esta empresa, ya que aseguran la explotación está muy por arriba del beneficio de los pequeños.

La empresa llega a cobrar por los servicios de un discapacitado, por ejemplo en el área de limpieza, hasta 4 mil 500 pesos mensuales, según una cotización, de los cuales sólo le toca poco más de mil 500 pesos al que haga la labor.

“Sabemos que es una empresa y como negocio tiene que ganar dinero, todo lo entendemos, menos que no pague lo justo y que tenga a sus empleados hasta tarde y sólo con unas galletas y juguitos en el estómago, porque ni siquiera les dan de comer.”

Así lo expresó doña Isabel, madre de Rubén, joven de 25 años de edad con deficiencia mental, quien laboró para la empresa más de 5 años y ahora gana más haciendo mandados en su colonia (se cambiaron los nombres, ya que pidieron anonimato).

“No queremos ni saber cuánto cobran a las empresas por el trabajo de nuestros hijos, aunque sabemos que es una empresa lucrativa, pero si ganan bien, que al menos paguen bien.

”Sabemos que mucha gente tiene ahí a sus hijos para tenerlos ocupados, por eso no les preocupa lo que ganen, mientras los tengan cuidados, pero no todos pensamos así y vemos la explotación que sufren.”

Isabel es madre soltera de más de 50 años de edad, con dos hijos, Rubén y Ernesto, pequeño sano de escasos 10 años de edad.
Explicó que Rubén tiene la mente de un niño de 8 años de edad y así lo tendrá el resto de su vida, por lo que hace cinco años al enterarse de una oportunidad de trabajo, ingresó a Cinia.

—¿Porqué te saliste? —se le preguntó a Rubén, sin la presencia de su mamá.
—Me explotaban —dijo inocentemente.
—¿Cómo que te explotaban?
—Si, me pagaban muy poco. Entraba temprano y salía tarde.
—¿No te gustaría regresar?
—No, gano más limpiándole la cochera al vecino, haciendo mandados o vendiendo fruta en mis frascos.

Doña Isabel explicó que las condiciones laborales han ido bajando entre más personal van contratando, incluyendo los sueldos, ya que ganaba más hace 5 años que ahora, luego de que los salarios en lugar de subir, bajan.

Indicó que ha entrado dos veces su hijo a trabajar a la referida empresa, primero ganando 400 pesos semanales, pero después tuvo que salir de trabajar por cuestiones personales.

Al regresar a laborar, el sueldo ya había bajado a 381 pesos 29 centavos cada semana, como se confirma en un contrato celebrado con la empresa.

Sin embargo, siempre tenían la promesa de un pago extraordinario por quedarse a trabajar más de 8 horas que marca el contrato y la Ley Federal del Trabajo.

“Paso más de un año y nunca le pagaron sus horas extras, después cuando pregunté cuándo se las pagarían, dijeron que no se les iba a pagar porque hicieron mal un trabajo”, señaló.

Explicó junto con Rubén que “el mal trabajo” fue debido a que junto con 25 jóvenes con retardos mentales estaban encargados del empaquetamiento de pastillas de vitaminas para las Farmacias Similares.

Detalló que cada carterita debería tener 40 pastillas, pero al no ser supervisados constantemente, obviamente los jóvenes empaquetaban menos o más, ya que jugaban e incluso se las llegaban a comer.

“Fue cuando ya acabaron el cargamento que se dieron cuenta al revisar unas carteras (de miles) que no estaban completas o les sobraba, pero finalmente pienso que los trabajadores no tuvieron la culpa, sino que no hubo una supervisión constante-”

Señaló que es como dejar solos a niños de 5 a 8 años haciendo un trabajo por 12 horas, “pues obviamente tienen que estar detrás de ellos si quieren que hagan bien las cosas, sino su misma naturaleza va a hacer que jueguen”.

Refirió que las jornadas laborales eran muy fuertes, ya que entraba su hijo a las 8:00 horas y hubo ocasiones que salió de trabajar hasta las 22:00 horas.

“Mi hijo ya estaba emocionado por sus horas extras y no pudo ni cobrarlas, pero lo peor es que nadie nos dijo nada que no se iban a pagar, sino hasta que pregunté por el dinero fue como me dijeron que hicieron mal el trabajo.

”Para mí fue injusto que trabajara duro de un año de lunes a sábado de 10:00 a 12:00 horas sin recibir un pago extra, por eso preferimos sacarlo de trabajar”, dijo al referir que ahora su hijo gana más con mandados y con la venta de fruta en conserva, que él mismo prepara.

Señaló que en Cinia se necesita personal más capacitado para saber colocar a los empleados en diversas áreas y tener más control o vigilancia sobre ellos, ya que no se tratan de trabajadores comunes.

“Sabemos que no es una guardería, aunque muchos lo ven así, pero deben entender que hay gente con aprendizaje lento a quienes se les debe tener paciencia, debe haber una selección según capacidades y destrezas.”

Mediante estados de cuenta bancarios comprobó como los sueldos fueron bajando; por ejemplo, entre agosto y julio del 2006 los depósitos llegaban hasta los 600 pesos semanales, y ahora en su último contrato bajo a 381 pesos.

Incluso en 2005 llegó a ganar Rubén hasta 400 pesos a la semana, según los documentos de Santander Serfin.

Ni para vivir

El caso de Setur Sandoval Rojas no es muy distinto, debido a que apenas hace dos semanas prefirió presentar su renuncia tras dos años de trabajo, por los bajos salarios que van disminuyendo cada vez más y los horarios aumentan.

Setur es una persona de 57 años de edad que sufre discapacidad motriz como consecuencia de padecer hemofilia, mal que ha ido atrofiando sus huesos conforme pasan los años.

Sin embargo, nada lo detenía para desempeñar su trabajo en el área de costura de la empresa Cinia para tratar de llevar el sustento a su casa, ya que es padre de una jovencita de secundaria, aunque afortunadamente cuenta con el apoyo de su esposa.

Explicó que cuando empezó a trabajar para la empresa (2009) ganaba más que ahora, ya que el sueldo ha ido bajando en lugar de subir cada año.

Detalló que se salió percibiendo 380 pesos semanales, muy por abajo de los 500 pesos que le daban por su trabajo de 8 horas hace 2 años.
“Hay mucha gente que se aguanta, tienen entretenido a sus hijos o familiares y además les pagan, aunque sea muy poco. Para los discapacitados es como un juego, más que un trabajo”, dijo.

Resaltó que lo peor de todo es que los hacen trabajar más de 8 horas, sin ningún pago extra, ya que la empresa les repone las horas trabajadas de más, con tiempo.

“Por ejemplo, si hoy trabajo una hora más, supuestamente me reponen la hora en otro día, aunque siempre sale uno perdiendo y más las personas con retrasos mentales, que ni saben a qué hora entran y a qué hora salen.”

Dijo que las jornadas laborales son muy pesadas, ya que la jornada de trabajo es de 8:00 hasta las 18:00, 19:00 o20:00 horas, sin que siquiera les den de comer gratuitamente, ya que los alimentos son vendidos a 20 pesos el cubierto.

“Yo digo que está mal porque si una persona sana se cansa a las 8 horas, imagínese un discapacitado cómo acaba después de estar hasta 10 o 12 horas trabajando continuamente, porque nada más dan 30 minutos de comida y esos no los cuentan en el horario extra, aunque de por sí ni lo pagan.”

Explicó que su labor era la de supervisar las costuras de los pantalones, camisas y filipinas que le trabajaban a la empresa cervecera Corona.

Aunque reconoció que todas las prestaciones laborales, como seguro social si le eran pagadas y que recibió un finiquito conforme a ley por su renuncia, dijo que a la empresa realmente no le preocupan los empleados.

“Si le preocuparan, los dejaría irse en la noche, cuando muchos ni al transporte público saben utilizar, muchos se tenían que ir en taxi, yo por fortuna tengo un Renault, pero con los gastos que hacía de gasolina y comida me quedaban como 15 pesos de los 60 que ganaba diario.

”La verdad en México los grandes empresarios viven de la necesidad de la gente y esta es una forma de que ellos saquen dinero a costa de mucha gente que necesita trabajar o que simplemente hay quienes no tienen dónde dejar a sus hijos y si les pagan algo, pues mejor”, dijo.

Refirió que ahora se encuentra desempleado, aunque con unas ofertas de trabajo. “sé que es difícil que se contrate a personas con discapacidad, pero si lo hacen, no los exploten”.

Cabe destacar que los empleados y sus familiares son avisados mediante circulares de los horarios extraordinarios, entre los que destacan horarios de hasta 10 horas 30 minutos continuas, aunque aseguran los trabajadores que las jornadas llegan a las 12 horas.

Lo bueno

Existe el otro lado de la moneda, en el que padres de familia están muy agradecidos, según lo refiere un reportaje del portal www.dis-capacidad.com en el que se destaca a Cinia como una empresa maquiladora que apoya a este sector.

Señala que es un modelo de inclusión social a través del trabajo que abarca desde la capacitación, el crecimiento personal hasta la recreación de quienes aportan su mano de obra.

“Los espacios físicos son amplios para que quienes andan en silla de ruedas puedan desplazarse sin dificultad, también tienen guías táctiles para las personas ciegas. Es decir, todas las instalaciones son accesibles y agradables para la convivencia, las áreas de trabajo están rodeadas de áreas verdes”, señala el artículo.

Asimismo, en su página oficial de internet, destaca que si bien el proceso de contratación empieza con un curso de capacitación y sensibilización “Cinia no es una ‘escuelita’, en donde los padres dejan a sus hijos, sino una empresa y como tal tiene reglas a seguir.

”Los empleados deben asistir en un horario de 8:30 a 16:30, tienen todos los derechos del trabajador (prestaciones de ley, seguro social, Infonavit y periodo vacacional), pero también tienen obligaciones, como puntualidad, portar el uniforme, observar una buena conducta y colaborar para alcanzar las metas de producción, entre otras”.

En el reportaje de Dis-capacidad.com se enumeran testimonios de empleados, como el de la recepcionista Rose, débil visual quien para tener un mejor desempeño laboral, aprendió el sistema Braille y recientemente tomó un curso de capacitación para utilizar el programa Jaws en la computadora.

“Me siento súper bien trabajando en Cinia. Antes de aquí estuve trabajando en un grupo financiero pero el trabajo era muy estresante, aquí como hay muchas discapacidades me siento más identificada y entiendo más la discapacidad al tener una yo misma.”

Asimismo el testimonio de Gonzalo, con discapacidad visual, quien ha aprendido las distintas partes del proceso, cortar, coser, pegar, incluso aprendió a planchar y lo hace muy bien.

Sergio Vázquez, con discapacidad intelectual fue el primer empleado contratado por la empresa. “Estoy en la división de artesanías pero ahorita estoy apoyando en el área de textil porque hay mucho trabajo, a mi me gusta hacer de todo y ésta es una empresa que nos motiva.

”Me siento muy contento de tener un trabajo, aquí etiqueto, abotono, plancho y empaco, mi sueldo es variable pero en promedio gano 500 pesos semanales, con esto le ayudo a mi hermana para los gastos de la casa y lo demás es para mí.”