A 100 años de que el vapor Ancón inaugurara el Canal de Panamá para abrir una historia de renombre para la posición geográfica panameña, más de un millón de barcos ha navegado por la vía en un ir y venir constante del Océano Atlántico al Pacífico y viceversa.
Por el atajo interoceánico de 80 kilómetros de largo han circulado un millón 40 mil buques entre ambos océanos, de acuerdo con cifras oficiales. En los últimos años el promedio anual de cruces es de 14 mil naves de diverso calado.
Hace un siglo, el 15 de agosto de 1914, tras los 10 años que duraron los trabajos de construcción de la vía, la zanja fue inaugurada con el tránsito del Ancón para iniciar la consolidación de Panamá como país de tránsito.
El canal que funciona con esclusas –compartimentos con puertas de entrada y salida que se llenan de agua para que un barco pase de un nivel a otro y que en este caso eleva los navíos 26 metros por arriba del nivel del mar- fue construido entre 1904 y 1914 por Estados Unidos que lo administró hasta su reversión a Panamá en 1999.
Con inversiones superiores a los 200 millones de dólares anuales en mantenimiento, la ruta por la que transita el cinco por ciento del comercio mundial se mantiene vigente aunque ha llegado a su máximo de capacidad de carga.
En 100 años “hemos estado modernizando el canal; no se ha quedado igual. Se ha estado anchando, profundizando, mejorando todos los equipos que tiene”, enfatizó el administrador de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), Jorge Quijano.
Luego de su entrega por parte de Estados Unidos a Panamá, la ruta incrementó sus aportes directos e indirectos a la economía panameña para convertirse de hecho en motor de desarrollo.
El canal aporta directa o indirectamente 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Panamá, según cifras oficiales de la ACP.
Tan solo en los 14 años en que el canal ha sido administrado por manos panameñas, la ACP entregó al Estado 10 mil 500 millones de dólares, mientras que en los 85 años anteriores el país apenas recibió mil 850 millones de dólares como aporte.
La diferencia radicó en que mientras bajo el control de Estados Unidos, el canal fue operado bajo balance cero, las autoridades panameñas lo administraron para ser rentable con la segmentación de distintos servicios de acuerdo con el tamaño y ruta de los barcos.
“El enfoque nuestro fue operar esto como un negocio”, sintetizó Quijano.
En los últimos 14 años, la ACP implementó varios aumentos segmentados por concepto de peaje por los barcos que usan sus instalaciones, mientras que varios negocios marítimos, bancarios y de servicios, operan en torno a la ruta.
“Somos la puerta de toda Latinoamérica en cuanto a negocios marítimos, con puertos en ambos océanos apenas a 80 kilómetros de distancia; con buenas carreteras y un ferrocarril (interoceánico)”, explicó el funcionario.
Los festejos por el primer siglo de operaciones encuentran al canal en un proceso de ampliación, con una inversión de cinco mil 250 millones de dólares, con el fin de duplicar su capacidad de tránsito (ahora de unas 330 millones de toneladas).
La expansión para añadir un carril adicional a los dos existentes arrancó en 2007 con la meta inicial de finalizar en 2014 en coincidencia con los festejos del primer centenario, pero las obras ya suman un retraso de unos 17 meses.
La ACP comprometió al consorcio Unidos por el Canal de Panamá a finalizar la ampliación en diciembre de 2015, luego de que el grupo encabezado por la empresa española Sacyr suspendiera los trabajos dos semanas en febrero pasado por reclamos económicos contra el Estado.