El domingo 19 de abril de 2020 será recordado como uno de los días más negros en la historia de Canadá, luego de que un sujeto causara destrozos y asesinara a 16 personas en la provincia de Nueva Escocia.

De acuerdo con los reportes, el agresor fue identificado como Gabriel Wortman, de 51 años, quien se disfrazó de policía para ingresar a la zona de Portapique, sitio en el que provocó incendios y disparó a varios pobladores.

Las autoridades canadienses informaron que el hoy occiso utilizó un uniforme de policía y adaptó su auto para que pareciera una patrulla de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP, por sus iniciales en inglés).

En la zona de la masacre, se hallaron varios cuerpos fueron localizados dentro y fuera de una residencia en la pequeña comunidad rural de Portapique.

Se presume que la gente salió de sus domicilios, pese a las restricciones por la pandemia de coronavirus y aprovechó la oscuridad para abrir fuego contra la gente.

"Este es uno de los actos de violencia más insensatos en la historia de nuestra provincia", señaló el alcalde de Nueva Escocia, Stephen McNeil.

Entre los fallecidos estaba una oficial con 23 años de experiencia y madre de dos hijos.

De acuerdo con los medios locales, los tiroteos masivos son inusuales en Canadá, pues desde la masacre de 1989 en Montreal, el país modificó sus leyes de control de armas.

En el último antecedente fue la Masacre de Montreal que data de hace más de 30 años cuando Marc Lepine mató a 14 mujeres antes de quitarse la vida en la Universidad École Polytechnique de Montreal, que hasta el pasado domingo era el peor ataque de su tipo en la historia del país.

A través de un comunicado, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau lamentó los hechos, condenó el ataque y pidió por el descanso eterno de las víctimas.

"Como país, en momentos como este, nos unimos para apoyarnos unos a otros. Juntos nos lamentaremos con los familiares de las víctimas y les ayudaremos en estos momentos difíciles".

Hasta el momento, las autoridades canadienses desconocen la causa de muerte del agresor; se presume que pudo haberse suicidado.