La omisión o la falta de operación política, tanto del delegado del CEN priista como del Comité Ejecutivo Estatal, orilló al PRI municipal a caer en una espiral de ilegalidad, con la única salida digna de la designación de un delegado que estatutariamente también está fuera de toda norma.
Todo empezó cuando la dirigencia estatal fue incapaz de convocar a elección para renovar la dirigencia municipal, pues la gestión de Carlos Meza Viveros y Enoé González Cabrera llegaba a su fin. Hasta el momento la máxima autoridad estatal del tricolor sigue sin emitir dicha convocatoria.
Sin una convocatoria oficial, los cuatro principales grupos del priismo local — Enrique Doger, Mario Marín-Javier López Zavala, Blanca Alcalá y Melquiades Morales— empezaron a “barajar a sus gallos”, y en total existen 16 aspirantes a la dirigencia municipal. Sin embargo, sólo cinco tiene fuertes posibilidades de obtener el cargo: Juan de Dios Ramírez, Claudia Hernández, Iván Galindo, José Rocha y Fernando Camargo.
Para tratar de corregir el error de no emitir la convocatoria oficial en tiempo y forma, la dirigencia estatal del PRI le “tiró la bolita” a los 16 aspirantes para que se pusieran de acuerdo y sacar a un candidato de unidad, pero sin establecer reglas.
Aún más, los amenazó de que si no llegaban a una acuerdo se impondrá un delegado, figura que no está contemplada en estatuto, por lo que podría ser impugnado.
Las violaciones
De acuerdo a los estatutos, ante la omisión del delegado del CEN priista y el presidente estatal del PRI de no lanzar la convocatoria para elegir a un nuevo dirigente municipal, tuvieron que elegir un presidente interino al término de la gestión de Carlos Meza, pero tampoco lo hicieron.
El artículo 163 de los estatutos priistas, afirma: “El Presidente y Secretario General electos de los comités Ejecutivo Nacional, Directivos de los Estados y del Distrito Federal, durarán en su función cuatro años; los municipales, delegacionales y seccionales, durarán en su función tres años, sin posibilidad de ser reelectos en ningún caso.
”Al concluir el periodo para el que fueron electos el Presidente y Secretario General, en cualquier caso cesarán en sus funciones”. Por lo tanto, el PRI municipal en estos momentos no tiene dirigencia.
Otra violación estatutaria nos remite al mismo artículo 163, que indica: “De no haberse efectuado el proceso electivo para la renovación de la dirigencia, el Consejo Político correspondiente será convocado, por su Secretario Técnico, dentro de las 72 horas siguientes al vencimiento del término, para proceder a elegir una dirigencia interina y seleccionar el procedimiento electivo para el proceso de elección de la nueva dirigencia”. Nunca se dio cumplimiento a este ordenamiento porque el Consejo Político Municipal del PRI prácticamente no existe.
Luego de este embrollo estatutario, convocar elecciones para dirigir al tricolor municipal en estos momentos es un gran riesgo, “o los priistas se dedican a elegir dirigente o se dedican a sacar una elección que es muy importante para su partido”.
La única opción es caer en otra pifia legal: designar un delegado que se encargue de sacar la elección constitucional y después retomar la elección de la dirigencia.
No a la imposición
Al respecto, el presidente de Factor Ciudadano, Julio Leopoldo de Lara Valera, advirtió que la designación de un delegado para presidir el Comité Municipal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) será considerado como una imposición y un retroceso para el tricolor.
“Este tipo de acciones llevan al partido a dividirse y perder elecciones como sucedió el año pasado”, dijo el también consejero político estatal.
De Lara Valera sostuvo que es necesario que la dirigencia escuche a los militantes y al Consejo Político, al que nunca convocó, y pidió “que se tomen decisiones colegiadas y no se afecte a los intereses de quienes aspiran a la dirigencia municipal”. Aseguró que “ponerse de acuerdo” como les propuso el dirigente estatal no está dentro de los estatutos, por lo que la designación de un delegado especial es una imposición, cuando todavía hay tiempo de lanzar la convocatoria.
Sostuvo que “alzar la voz”, como lo está haciendo “es de buena fe, pues no es criticar por criticar” e indicó que “hay que analizar que el PRI perdió por algo en la elección del año pasado, por lo que la designación de un delegado especial es un agravio para 16 priístas que aspiran a dirigir al PRI de la capital, quienes tienen un reconocimiento porque tuvieron los arrestos hoy que el partido está en la oposición”.