El presidente municipal Eduardo Rivera Pérez, coincidió con la propuesta de que el nuevo titular del Órgano de Fiscalización Superior (OFS) debe salir de las filas ciudadanas para garantizar que la revisión de las cuentas públicas no sean utilizadas como “garrote político”.

El edil se sumó a las propuestas de los sectores empresariales como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y el Consejo de Organismos Empresariales (COE), en torno a que el sustituto de Víctor Manuel Hernández Quintana no sea designado por un grupo de especialistas, sino que los diputados abran las puertas a organizaciones sociales y ciudadanas. Aseveró que lo importante es que el nuevo auditor general del OFS cuente con una gran credibilidad y con el respaldo de todas fracciones parlamentarias del Congreso del estado y de toda la sociedad, ya que sería positivo para el estado y los sujetos de revisión.

Aseveró que lo importante es que el principal requisito que en este momento debe tener el nuevo titular del OFS es que sea absolutamente imparcial, de probado conocimiento sobre el manejo de las cuentas públicas, y que cuente con todo el respaldo social, además de satisfacer a los ciudadanos y a los que son sujetos de revisión.

Rivera Pérez dijo estar tranquilo, porque el que nada debe nada teme, pues cuando se manejan de manera eficiente y honesta los recursos, no habrá de qué preocuparse cuando sea la revisión de las cuentas públicas.

El martes pasado el Congreso del estado avaló la renuncia del ahora ex auditor general del OFS, Víctor Manuel Hernández Quintana, quien se encuentra en un juicio penal por supuestos malos manejos en la dependencia.

Eduardo Rivera recordó que el municipio ha puesto el ejemplo en cuanto a un fiscalizador ciudadano, al elegir al contralor municipal de las filas ciudadanas. También  manifestó que entre los puntos que son necesarios cambiar con la llegada de un nuevo auditor tras el escándalo, es que dentro del perfil para elegir al nuevo representante del OFS es que éste sea avalado por la sociedad, los sujetos a revisión y las instituciones educativas; además de que el OFS debe de impulsar un trabajo de prevención más que de sanción, ya que termina utilizado como un “garrote político” como en algunos casos así sucede. Lo anterior debido a que algunos presidente municipales —o en su caso los sujetos de revisión— son sancionados de manera injusta por algunos “errores” que en su caso se imputan a los funcionarios públicos, y que en ocasiones no se hacen con dolo o como actos de corrupción, sino que desconocen el procedimiento a seguir.