El nuevo PRI demostró su rostro rejuvenecido y ancestral. La visita de Enrique Peña Nieto sacó del ostracismo al exgobernador de Puebla, Mario Marín Torres, quizás como un “prole” más de la bufalada en busca de la redención del 2012.

La exaltación por besuquear al presidenciable del PRI sustituyó la tradición cívica de escuchar la oferta política del precandidato en turno.

Además de los gritos de “¡Peña, Peña, Peña!”, las convidadas al acto le lanzaban “papuchos”. Y a la menor provocación le enviaban besitos y le tomaban fotografías con su celular.

La maquinaria del expartidazo colmó el Centro de Convenciones. Pero lo carnívoro de la multitud no aseguró en automático la entrega al precandidato único del PRI.

Como en los viejos tiempos del priismo hegemónico, la abigarrada multitud de “proles” —vocabulario peñanietista —completó la escenografía para que desde Puebla, el precandidato Enrique Peña criticara al gobierno federal, en compañía del viejo-nuevo PRI.

Peña Nieto se reunió ayer en Puebla con la elite política del PRI local, encabezada por exgobernadores, senadores y diputados. Más tarde realizó un acto masivo de toma de protesta de comités de su estructura de apoyo en el Centro de Convenciones.

El precandidato canceló una rueda de prensa programada con antelación.
La bufalada tricolor se lanzó en pos de Peña Nieto, esperando el milagro que devuelva a los priistas la dirección del país y de paso una candidatura “de a muertito”.

El precandidato, durante sus intervenciones no lanzó ninguna crítica a la administración estatal.

Como en los viejos tiempos en los que el dedazo era patrimonio mental de un solo partido, la presencia del mexiquense —cuya principal apuesta es resaltar las fallas del actual grupo gobernante— permitió la exhibición de los egos priistas que quieren ser senadores de la República.

El rector de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), Enrique Agüera Ibáñez acudió al encuentro entre priistas en el hotel Presidente.

A sus compañeros de partido Enrique Peña Nieto los convocó a no confiarse. Además, criticó el combate al crimen organizado por parte del gobierno federal y dijo que es “insuficiente” y “pobre”.

Por su parte, el dirigente estatal del tricolor, Juan Carlos Lastiri Quirós, animó a los priistas a cambiar el rumbo del país: “En Puebla, como en todo el país, queremos un cambio con rumbo, porque hoy que viene a tomar protesta a toda esta estructura, en cada pensamiento de nuestros compañeros”.

Además, expresó sus temores por que el gobierno federal intervenga en la elección: “Todos sabemos que enfrente tenemos un gran reto y que nos van a poner obstáculos, pero que lo escuchen bien nuestros opositores, como lo ha dicho nuestro candidato, nuestro precandidato, el PRI no necesita ningún voto ilegal.
Desde aquí le decimos que se abstenga de comprar conciencias de los mexicanos con recursos públicos. Queremos que Enrique Peña sea presidente de México porque queremos oportunidades para los jóvenes universitarios”.

Lastiri pidió que los priistas observen a Peña Nieto como un candidato que logrará la transformación de México: “Queremos que sea el candidato de la transformación de este país, no podemos permitir que México se convierta en una fábrica de pobres, no podemos permitir un campo abandonado, ni la pérdida de la autosuficiencia. En Puebla, como en todo el país, los mexicanos cifran su esperanza en Enrique Peña Nieto y en el PRI. Por eso queremos expresarle que en el pensamiento de cada compañero presente, sobre todo aquellos compañeros y compañeras que están en los pueblos, colonias, unidades habitacionales, toda esa gente quiere que usted encabece un cambio con rumbo, quiere que usted sea el próximo presidente de México. Hoy, por encima de los intereses de grupo y personales está el futuro de México. Por eso, amigo Peña Nieto, con toda la gente que nos acompaña queremos alzar la bandera de la victoria para entregarle buenas cuentas al próximo presidente de México”.

Mientras tanto, Peña recurrió a algunas florituras:

“Quiero saludar con alegría, con respeto, a lo más hermoso que tiene Puebla: sus bellas mujeres”

Y se desató la emoción.

“¡Peña, presidente. Peña, presidente!”

Cerró su perorata: “Hoy les quiero decir que me la quiero jugar con todo, siéntame suyo, siéntame poblano porque no le voy a fallar a Puebla”.

El hotel Presidente Intercontinental fue un hervidero de wannabes priistas y de políticos camafeos del ulterior reciclaje priista.

En el encuentro, Enrique Peña Nieto se encontró con los exgobernadores de Puebla: Mario Marín Torres, Melquiades Morales Flores y Guillermo Jiménez Morales.

Pero el que más llamó la atención a su llegada al hotel de marras fue el exgobernador Mario Marín, a quien el ingenio popular le tildó el mote de “gober precioso” tras el escándalo Marín-Kamel-Cacho.

Pese a la insistencia de la prensa, Marín Torres declinó responder cuestionamientos de los medios de comunicación.

Por su parte, el senador Melquiades Morales Flores señaló que el PRI está preparado para recuperar la presidencia de la República, porque “tenemos proyecto y propuesta”.

Además, dijo que esta es la hora de presentar un PRI unido “porque en el partido todos tenemos un espacio con el mismo valor”.

En el encuentro con priistas participaron como oradores el diputado federal Alberto González Morales, líder de la fracción de legisladores federales poblanos en la Cámara de Diputados; José Armando Sánchez Jiménez, presidente municipal de Zacapoaxtla en representación de los presidentes municipales del estado; y Claudia Hernández Medina, en representación de los comités municipales poblanos.