Al asegurar que el sindicato petrolero y el “narcotráfico” afectan directamente la productividad energética en el país, el rector del campus Puebla de la Universidad Iberoamericana (UIA), Fernando Fernández Font, destacó que el petróleo en México genera recursos importantes, pero tiene un sindicato al que es urgente reformular: “Está el problema del sindicato y el robo del narco que hace en toda la República”; además, el tema de la recaudación fiscal, porque México es de los países que menos recauda a nivel fiscal, por lo que se carga la mano en los cautivos: “Hay que consolidar la recaudación fiscal, pero no hay ineficacia de Petróleos Mexicanos”.
Y aunque reiteró que al sindicato hay que reformularlo, el administrador central de esa casa de estudios jesuita afirmó que con todo ello el gobierno mexicano también se lleva un gran porcentaje: “Hay muchísimo dinero ahí, el sindicato ha sido súper corrupto, desde La Quina, el líder sindical que Carlos Salinas de Gortari apresó, pero dejó el mal, no se solucionó el problema y el riesgo sigue”.
La Reforma Energética, agregó Fernández Font, es un tema sumamente debatido, muy complicado en el fondo y lo que está en juego realmente es quién va a ser el dueño del petróleo: “Nosotros como país, porque ni siquiera los ciudadanos o las transnacionales, hasta da la impresión de que ya hay un acuerdo con las transnacionales para ceder los derechos; te la pueden dibujar como quieran, te pueden decir que somos socios, que al final de cuentas es la extracción y se va a compartir la riqueza”.
Por su parte, el director de la Maestría en Ingeniería Automotriz del campus poblano del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Said Robles Casolco, coincidió con la aprobación de la reforma porque en la actualidad el país tiene un atraso en la construcción de infraestructura, tanto de transporte como de distribución y manejo de productos, el crecimiento del consumo de gasolinas a tasas mayores de la economía y el hecho de que Pemex importe cuatro de cada 10 litros de gasolina que consumen los mexicanos.
Ante eso, el académico dijo que la reforma también habla de la necesidad de remediar el abismo de conocimiento en materia de extracción y refinamiento, porque el costo y volumen creciente de importaciones de petrolíferos, la volatilidad en los márgenes financieros de la refinación y las brechas operativas de las subsidiarias acumulan pérdidas por 150 mil millones de pesos durante los últimos cuatro años.
Desde su perspectiva, el abastecimiento del crudo impacta desde la industria más básica, como es el consumo de gasolina, las industrias del plástico, química y hasta la alimenticia: “Es toda una cadena de valor de esta materia prima y por tanto se requiere hacer una cadena productiva de conocimiento”.
La Reforma Energética, dijo Robles Casolco, da paso a que en materia de refinación se consoliden proyectos como la conversión tecnológica de las seis refinerías de Pemex a un costo unitario entre 2 a 3 mil millones de dólares cada una; la ampliación de la capacidad de refinación del país en al menos 500 mil barriles diarios de petróleos, lo que quiere una inversión entre 14 a 18 mil millones de dólares; el incremento de la capacidad de importación en el corto y mediano plazo, la mejor calidad de los combustibles, lo que implica una inversión aproximada de 5 mil millones de dólares, y mejorar el desempeño operativo de las instalaciones industriales.