Luego de casi seis meses de prisión en el penal de Atlixco, sale en libertad bajo caución el activista Abraham Cordero Calderón, acusado de robo, al pagar una fianza de 57 mil 700 pesos.
Visiblemente emocionado, a la salida del penal ubicado en pleno centro de la población, emitió un mensaje al gobernador Rafael Moreno Valle, al señalarle que la represión no es el camino para solucionar las demandas del pueblo.
Abraham Cordero es juez de paz de la junta auxiliar de San Francisco Tepeyecatl, fue detenido el 6 de abril, luego de liderar un movimiento por la construcción del proyecto Arco Poniente y gasoducto del proyecto Morelos.
Con la mano en alto a la salida del penal, inmediatamente fue rodeado por sus familiares, a quienes abrazó gustoso, sin dejar de soltar lágrimas.
Al salir con una gran sonrisa, dejó ver que seguirá en la lucha, al no ser amedrentado al estar en prisión, ni su pequeña celda que compartía con seis reclusos mermó sus ganas de seguir en la lucha.
—¿Sientes rencor? —se le cuestionó.
—No siento rencor, quiero también entender la postura del gobierno, pero también que entienda que no es la solución esto, tiene que abrirse al diálogo, con respeto para que se vaya solucionando la problemática que aqueja a un sinfín de organizaciones sociales que se han manifestado.
Afirmó que no se retirará de la lucha social, al advertir que aún quedan más de 30 presos políticos.
—¿Qué mensaje le enviaría al gobernador?
—El mensaje es decirles que éste no es el camino, la represión y el autoritarismo no es el camino, se tiene que abrir al diálogo, un diálogo con respeto y con apertura y con mucha seriedad.
En entrevista, el activista opositor al proyecto carretero del Arco Poniente advirtió que su lucha no termina y que seguirá encabezando el movimiento de defensa de los pueblos de la Sierra Nevada.
“…se siente bien respirar aire puro. Y la cosa aquí no se acaba", señaló al agregar que conoce de más compañeros que han sido aprehendidos por su abierta oposición al gobierno de Puebla.
“Yo sé que son más compañeros. Sé que Enedina ya está en su casa arraigada. Vamos a continuar en la lucha”.
Consideró el activista que salir de prisión un 2 de octubre es una bendición, pues además de ser una fecha conmemorativa de la lucha social en México, hoy por fin se reunió con su familia.
La presión
Abraham Cordero Calderón salió luego de una fuerte presión social, sin embargo, continuará el proceso en su contra.
Fue detenido cuando circulaba en la carretera federal a Atlixco por seis policías ministeriales, cuando iba con su esposa, a quien también estuvieron a punto de aprehender, ya que también lo ha apoyado en todo su activismo en defensa de campesinos.
A mediados de agosto, el caso de Abraham Cordero llegó a Primer Tribunal Colegiado en materia penal, al promover el juicio de amparo 610/2014 en el Sexto Juzgado de Distrito.
Éste resolvió a su favor, por lo que se le ordenó al juez de Atlixco que dictara una nueva resolución y revisara si hay pruebas del dicho del agente del Ministerio Público, quien consideró al activista como una persona peligrosa, sin embargo, no salió.
La parte acusatoria —que son funcionarios del Banco de la Tierra— interpuso un recurso de revisión, con el fin de pedir que quede firme la determinación del juez y para que se declare improcedente la resolución del Juzgado de distrito.
El argumento de quienes acusan fue que no se les valoró un plano del proyecto del libramiento poniente; sin embargo, dicha queja ya fue declarada como improcedente por carecer de elementos probatorios.
La esposa del dirigente, Obdulia García Galicia, informó que la detención ocurrió entre las 16:30 y 16:45 horas, cuando se dirigían a la capital poblana.
Relató que fueron interceptados por un vehículo blanco, del cual descendieron cuatro hombres vestidos de civiles, que dijeron ser “judiciales” y pidieron revisar su documentación y la carga que llevaba.
“Nosotros llevábamos cartón y otras cosas para vender. Ellos dijeron que estaban haciendo un operativo contra el robo de cableado y de cobre.
”Pidieron que le mostrara sus documentos y luego dijeron que se lo llevaban. Él me aventó las llaves y me dijo que corriera, me eché a correr y cuando volteé ya lo habían subido al coche. Lo echaron en medio como si fuera un ratero”.
Obdulia García narró que estas mismas personas las estaban siguiendo e incluso les tomaron fotos, por lo que tanto ella y su esposo ya estaban alerta.
Asimismo, vecinos les mencionaron que desde varios días antes ya habían visto a personas sospechosas por la zona en que viven.
Presos políticos
Una estimación hecha por organizaciones sociales señala que unas 33 personas están recluidas en celdas infames, simplemente por ejercer sus derechos a los que llaman “presos políticos o de conciencia”.
Se estima que hay otras 10 en libertad condicional y otras tantas órdenes de aprehensión pendientes de ejecutar.
El pasado 10 de septiembre se llevó a cabo un foro en la Universidad Autónoma de Puebla, en el que se expusieron testimonios de familiares de los detenidos y gente que fue reprimida.
En este foro fue presentado el llamado Comité para la Libertad de los Presos Políticos y contra la Persecución Social en Puebla, que está trabajando desde ese día para su liberación de cada uno.
Señalaron que la cifra de los presos sociales en Puebla es la mitad de los que estuvieron en la cárcel tres años por actuar en el mítico movimiento estudiantil de 1968.
La inmensa mayoría son campesinos, indígenas y ancianos, quienes protestaron contra la supresión del servicio del Registro Civil en sus pueblos y la instalación del gasoducto en el Popocatépetl y la construcción del Arco Poniente, mototaxistas y por resistirse a la expropiación de sus tierras.
Entre los casos se lamenta la muerte en prisión del nonagenario dirigente campesino Delfino Flores Melga, a quien se negó el derecho de que su proceso se llevara en arraigo domiciliario por ser mayor de 70 años.
De los presos más conocidos, ni siquiera se sabe quiénes defienden a 30 de ellos. Las fianzas que se les piden son inalcanzables, hasta de medio millón de pesos.