A casi nueve meses de la intervención del gobierno del estado en la concesión del Metrobús, el servicio no mejoró y los usuarios continúan esperando hasta media hora a las unidades alimentadoras.
En junio de 2014, Carreteras de Cuota Puebla (CCP) intervino la operación de la Red Urbana de Transporte Articulado con cargo a las ganancias que generaba y eran administradas por Servicios Articulados de Puebla
La decisión de intervenir la concesión de la RUTA se tomó con la finalidad de garantizar un sistema de transporte eficiente, confiable, cómodo, seguro y con mejores condiciones, así como para reducir los tiempos de espera y traslado de los ciudadanos en la zona metropolitana, según se anunció.
Asimismo, se afirmó que los recursos que Carreteras de Cuota invertirían serían recuperados con la operación propia del servicio de transporte, “por lo que no costará un peso al erario público”, señaló el comunicado oficial.
Con la medida se sostuvo que la intervención administrativa garantizaba íntegramente los derechos de los trabajadores al servicio de la Red Urbana de Transporte Articulado, quienes recibirán el pago oportuno de sus salarios. Asimismo, los compromisos con los proveedores serán atendidos.
En el comunicado enviado se indicó: “Con ello, la Secretaría de Transportes y Carreteras de Cuota Puebla realizarán los actos de autoridad necesarios para la adecuada, continua, uniforme, regular y permanente prestación del servicio público dentro de los horarios ya establecidos de 5.00 AM a 23.00 PM de lunes a sábados y de 6.00 a 23.00 horas los domingos.”
El vía crucis
Sin embargo, a casi nueve meses de la medida, miles de usuarios del transporte público en la capital viven diariamente un “vía crucis” al abordar la Red Urbana de Transporte Articulado con las unidades alimentadoras, una vez que a menos de año y medio de que entraron en operación enfrentan el problema de falta de unidades, el robo al interior, además de que se ha vuelto a realizar el cobro en efectivo en el caso de las alimentadores.
Días sin transporte y horarios irregulares son parte de los problemas que enfrentan diariamente los usuarios de las rutas alimentadoras, así como del sistema articulado, que en las horas “pico” las unidades van llenas, dejando a la gente en las paradas.
Al recorrer las vialidades por donde circulan las unidades, la inconformidad de los usuarios de las alimentadoras es latente; las anteriores líneas tardaban entre 10 y 15 minutos, ahora deben esperar de 25 a 40 minutos. Además, señalan que los conductores les informan que en ocasiones solo trabajan de cuatro a cinco unidades al día.
Los pasajeros indicaron que si no hace calor y no hay lluvia lo que hacen es caminar para tomar otra unidad.