Desde universidades, hospitales, centros de salud, puentes, auditorios, estadio Cuauhtémoc, hasta azoteas y butacas del estadio de beisbol y ahora hasta pistas de tartán, han sido pintadas de azul y blanco.
Aquí la fotogalería del nuevo color
“Convivir con la naturaleza implica responsabilidad”, es la advertencia al usuario del Paseo Rivereño, pero ahora esa naturaleza es azul.
El último escándalo se registró en la ciclopista del Paseo Ribereño, el cual fue teñido de azul color azul en plena época electoral.
Poco a poco la superficie que era roja se ha cubierto con pintura azul, pero a casi cuatro años de su inauguración, la pista presenta deterioro, en el material sintético que se está desprendiendo y desgastado.
El paso de corredores y ciclistas fue cerrado mientras se pinta desde la avenida Las Torres hasta el Centro Integral de Servicios (CIS), obra que se ejecuta a una semana de que inicie la campaña electoral para el relevó del gobernador Rafael Moreno Valle.
El tufo y su paseo
En un recorrido de Intolerancia Diario por la zona, el azul de la pista es lo que menos llama la atención, la cual es distraída más por el mal olor del río Atoyac.
Este río es el tercero más contaminado de México y por lo menos al mediodía, su hedor es insoportable, tal vez por la llegada del calor y época de secas a Puebla.
El Paseo Ribereño fue inaugurado el 4 de mayo de 2012, como parte de los festejos del 150 aniversario de la Batalla del 5 de Mayo en Puebla.
El parque que cruza por toda la ribera del afluente abre desde a las 6 de la mañana, pero este lunes al mediodía, en plena época vacacional y con el sol cayendo a plomo, está semidesierto.
La inversión del parque fue superior a los 130 millones de pesos, pero sus locales comerciales, en este inicio de semana están cerrados, por la misma poca afluencia de visitantes.
El deterioro del inmueble es visible desde los barandales, algunos oxidados o la pista ahora azul a base de caucho con hoyos, grietas y cuarteaduras.
El río Atoyac es catalogado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) como el tercero más contaminado del país.
En el afluente se han encontrado sustancias como metileno y cloroformo que pueden dañare el ADN de las personas.
El hedor es producto por la descomposición de las materias que al menos 14 industrias de Puebla y Tlaxcala, además de aguas negras que se arrojan.