Aún recuerdo aquel día: tenía en entonces 10 años, estaba en la banda de guerra y observaba a las chicas porristas, estudiaba en una escuela católica; eso era pecado y estaba mal", comenta María José Flores Serrano, líder de la Asociación para la Protección de la Pluralidad Sexual y Derechos Humanos (APPS) en Puebla.

"Majo" destaca que el gusto por otra persona es un proceso completamente normal, y que no depende de la orientación sexual.

En entrevista para Intolerancia Diario, en el marco del mes del Orgullo LGBTTTI, "Majo" manifestó que toda su vida ha sido libre, pues incluso teniendo integrantes de su familia que pertenecen a la iglesia católica, no ha enfrentado rechazo en su núcleo:

Todos lo sabían en mi familia; era muy evidente. Siempre me han respetado”.

Sin embargo, apunta, aún existen casos en los que la discriminación está presente, y que esta, en algunos casos se eleva hasta cometer asesinatos: “El que yo no lo viva, no significa que otros no lo estén sufriendo, que estén siendo corridos de su casa, que los estén golpeando o asesinando, por simplemente ser los hijos LGBT de la familia”.

Destacó, la comunidad LBGTTTI, está estigmatizada, pues aún los acusan –sin pruebas- de ser promiscuos y hasta drogadictos:

Que alguien me diga si en la comunidad heterosexual no existe eso. Soy solamente otro ser humano, que cuando me vean mis vecinos con una pareja mujer tomadas de la mano, digan: ‘Es la misma mujer’; que me saluden con tanto gusto, como hasta ahora”.

Aseguró, la empatía es necesaria, tanto de integrantes de la comunidad LGBTTTI y la sociedad en general, para darse cuenta que simplemente se trata de otra persona:

Que ellos 'se pongan en mis zapatos'. Simplemente, trato de respetar ese proceso, para que se den cuenta que no soy nada del otro mundo”.

De integrante LGBTTTI a líder de APPS

Al ser activista de tiempo completo, "Majo" recordó sus inicios en la organización de eventos para la comunidad LGBTTTI, las cuales incluían desde fiestas, reuniones y hasta visitas al cine, en donde 'abarrotaban el lugar', asegura.

Destacó, al estar desprotegidos por las leyes y al verse vulnerables en diversos sectores, integrantes comienzan a contactarla para resolver las diversas problemáticas que enfrentan.

Cuando yo empiezo a hacer estos eventos, ellas (comunidad lésbica), me empieza a contactar para yo poderlas apoyar, que si las despedían, que si las amenazaban... Empecé a investigar cómo podemos protegernos”.

Sin embargo, el 'desencanto' vino cuando se percató los manejos que realizaban otras organizaciones de la comunidad: “Fue muy decepcionante darme cuenta que nada más llegaban a la Fiscalía, se tomaban la foto y nunca más volvían a tocar el caso”.

Por lo anterior, junto a otras organizaciones, en su mayoría de gente transexual, "Majo" decidió conformar el colectivo de APPS: “Fue muy motivante; y por eso hemos logrado lo que hemos logrado”.

Y finalizó: “Si ellos (heterosexuales), consiguen sus derechos, pues yo también, porque son las mismas necesidades”.