Los Vieyra se han convertido en una familia que ha tratado de dominar la región de Tlachichuca, en la Sierra Norte de Puebla, en medio de escándalos de presunta corrupción, violencia y hasta denuncias por homicidios. 

Para continuar con la dinastía, ahora, Giovanni González Vieyra fue electo el pasado 6 de junio como alcalde de Tlachichuca para el periodo 2021-2024.  

Las recientes elecciones permitirán a la familia ampliar su feudo luego que el actual diputado local, Uruviel González Vieyra será el próximo edil de Chalchicomula de Sesma (Ciudad Serdán).

Desde 1999, tres de los integrantes de la familia han gobernado legalmente el municipio serrano, mientras que la madre de los González Vieyra, Guadalupe Susana Vieyra Claudio, despachó como suplente, violando la ley. Giovanni, el más chico de los hermanos, será quien retomará el gobierno que controlan desde más de 20 años.  

Uruviel, el diputado

Anteriormente, su hermano Uruviel González Vieyra, actual diputado local de Compromiso por Puebla (CPP), también fue alcalde de aquel municipio durante el periodo 2014-2018.  

Uruviel, incluso, enfrenta acusaciones penales por el presunto desvío de 68 millones de pesos de fondos públicos. 

Denuncias contra futuro alcalde

Giovanni, quien será el próximo presidente municipal de Tlachichuca y quien borró su perfil de Facebook al concluir la campaña, ahora tiene en contra una denuncia por presuntas amenazas, lesiones y daño en propiedad ajena ante el agente del Ministerio Público de Ciudad Serdán. 

Además se le acusa de realizar juicios de rectificación de actas sin el debido procedimiento legal, como un acto anticipado de campaña ante el juez municipal de Aljojuca, de los cuales en algunos casos no iniciaron las demandas. 

Asimismo, se iniciaron dos quejas ante la Comisión de Vigilancia y Visitaduría del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Puebla, de la cual no hay respuesta. 

Por este asunto se iniciaron amparos de los cuales algunos por criterios de los jueces fueron suspendidos los actos reclamados por parte del juez del Registro Civil ya que no fueron emplazados por ser presuntamente actos ficticios. 

La historia, entre penumbras 

Quien inició el camino en la vida política del cacicazgo fue el padre, Ramiro Margarito González Navarro, presidente municipal entre 1998 y 2001. 

González Navarro, padre de los hermanos González Vieyra, fue acusado por el supuesto homicidio de un profesor de nombre Angelio Reyes García, hechos que se encuentran vertidos dentro del proceso 93/86. 

En funciones como presidente municipal de Tlachichuca, Ramiro Margarito González, presuntamente provocó la muerte de su colaborador Andrés Pomposo, quien era el secretario general del ayuntamiento. 

Ramiro hijo

Unos años después, su hijo del mismo nombre, Ramiro González, fue presidente municipal de Tlachichuca, entre los años 2008 y 2011. 

Actualmente se encuentra en carácter de procesado en un asunto penal, por presuntos actos de corrupción, en el cual el juez de la materia otorgó una orden de aprehensión en su contra. 

La aprehensión no pudo ser cumplida satisfactoriamente ya que su hermano, Uruviel, cometiendo resistencia de particular y abusando de su fuero, impidió que los agentes de investigación detuvieran a su hermano.

Después, la familia logró la protección de la justicia federal a través de un amparo de un proceso que aún no se resuelve. 

Ramiro González Vieyra cuenta además con una denuncia por el supuesto delito de peculado, presentada por el mismo ayuntamiento, debido a la compra de una camioneta, con valor de 700 mil pesos, con dinero del erario. 

El reinado de Uruviel

Posteriormente, Uruviel González Vieyra asumió la presidencia municipal de Tlachichuca entre 2014 y 2018, periodo que no culminó por irse en busca de una diputación estatal, la cual ganó y actualmente detenta. 

Violando lo que dice la Ley Orgánica Municipal dejó como encargada de despacho de la presidencia municipal a su madre Guadalupe Susana Vieyra Claudio. 

Al término de la administración, Uruviel González no realizó el proceso de entrega-recepción, como marca la ley orgánica municipal, lo que provocó un desconocimiento total de su actuar en dicho periodo.