El consumo de cigarros y aparatos de vapeo representan un factor de riesgo y vuelve más susceptibles a las personas de contraer infecciones respiratorias como el coronavirus, señala una especialista de la UNAM.
"Cuando un fumador se infecta de la COVID-19, el pronóstico será mucho peor al de una persona que nunca ha fumado. Se han hecho estudios y además hay evidencia de que los fumadores tienen 2.4 veces más probabilidad de contagiarse con el virus SARS-CoV-2, en comparación con una persona que no fuma, es decir, tienen el doble de probabilidad de infectarse”, explicó la doctora María Guadalupe Ponciano Rodríguez, académica del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM.
"Estos datos resultan lógicos, ya que los múltiples componentes tóxicos del humo del cigarro tienen efectos perjudiciales en el aparato respiratorio, por lo que el daño no solo es estructural, sino también provocan deficiencias en el sistema inmune que se debilita y no puede defenderse adecuadamente de los patógenos”, continuó la doctora Ponciano Rodríguez.
Por otra parte, los fumadores crónicos tienen un mayor riesgo de tener enfermedades respiratorias como bronquitis crónica, infecciones respiratorias, enfisema y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). lo que reduce su capacidad pulmonar y daña el tejido como en el caso del enfisema que hay destrucción de los alveolos (zona en la cual se realiza el intercambio gaseoso y a través de la cual el oxígeno pasa a la circulación sanguínea).
“Como parte de los mecanismos de defensa del aparato respiratorio encontramos las células llamadas macrófagos, cuya función es detectar y destruir agentes extraños; al hacerlo, crean una barrera de protección, y así reducen el daño producido por patógenos y partículas. En el caso de las personas fumadoras, los macrófagos se ven afectados, así como la producción de anticuerpos. Además, de manera específica, este aparato cuenta con cilios, los cuales realizan la llamada limpieza mucociliar que evita que se acumule el moco y se transforme en un medio de cultivo para bacterias, atrapan con el moco las partículas, lo ‘barren’ y así mantienen limpios los bronquios y bronquiolos, desafortunadamente en los fumadores se deteriora de manera importante este mecanismo”, agregó.
Esto explica por qué el pronóstico es malo cuando un fumador presenta COVID-19, ya que se ha encontrado que 25 por ciento de quienes requirieron internamiento y ventilación mecánica en China eran precisamente fumadores.
“Esto enfatiza la importancia de dejar de fumar en este momento de la epidemia y es una de las mejores recomendaciones que podría dar a esta población, pues si aún no hay daño irreversible en los pulmones, puede existir una recuperación muy favorable; lo que a su vez disminuye el riesgo de contraer diversas enfermedades respiratorias, no solo la COVID-19”, afirmó la doctora Ponciano Rodríguez.
En el caso de los vapeadores no se tiene todavía información relacionada con el virus, sin embargo, ya se tenían evidencias del efecto agudo que causa el aerosol producido por el líquido de estos sistemas electrónicos en el aparato respiratorio, pudiendo producirse neumonías atípicas“, señaló la especialista.
Este distanciamiento social puede ser de gran utilidad para dejar de fumar y para lograrlo, la doctora Ponciano Rodríguez dio las siguientes recomendaciones:
"Se recomienda fijar una fecha específica para que a partir de ese día no se consuma ningún cigarrillo, se debe distraer la persona con ejercicio físico, además de tomar suficiente agua, así como realizar diversas actividades que los ayuden a no pensar en la abstinencia, también pueden apoyarse con recursos que se ofrecen en internet. Pero, si por alguna razón esto no es posible, entonces se debe reducir el número de cigarrillos de consumo diario, lo ideal sería llevarlo a la mitad y no rebasarlo, este puede ser el punto de partida para iniciar una reducción gradual que lleve a la abstinencia”.
Cabe señalar que las y los fumadores deben tener extrema precaución en estos momentos, pues esta actividad se debe realizar en lugares abiertos, o bien, ventilar perfectamente el lugar donde se realice; además, lavarse las manos antes y después, desinfectar la cajetilla y/o el vapeador ya que pueden actuar como fomites que propician la infección por el SARS-CoV-2, pues se llevan de la mano a la boca directamente.
Algo muy importante es nunca fumar cerca de otras personas y en especial de niños, ancianos, personas con enfermedades cardio-respiratorias y mujeres embarazadas, ya que se transforman en fumadores involuntarios y son más susceptibles a las infecciones respiratorias”, concluyó la doctora Ponciano Rodríguez.
Con información de López-Dóriga Digital